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Granada/La Orquesta Ciudad de Granada celebra, en el mes de noviembre, los Encuentros Manuel de Falla, que en su trigésima edición compartió efeméride con la patrona de la música, Santa Cecilia, así como con la conmemoración del 40º Aniversario de la declaración de la Alhambra y el Generalife como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Una ocasión tan singular merecía ser destacada de alguna manera, y qué mejor forma de hacerlo que con el estreno absoluto de la obra de José María Sánchez-Verdú El palacio de los siete cielos, encargo del Patronato de la Alhambra y Generalife. La velada, que se hizo larga por una mala organización del programa, contó además con la presencia del pianista Jonathan Mamora, ganador del Concurso internacional María Canals en su edición 2023, quien interpretó obras de Claude Debussy y Manuel de Falla.
El concierto se abrió con L’enfant prodigue de André Wormser, obra tardorromántica de claro carácter francés compuesta en 1890. Se incluye en el programa de los Encuentros porque Manuel de Falla la interpretó como pianista a su llegada a París en 1907, año precisamente en que se rodó la película de título homónimo para la que dicha partitura sirvió como marco musical. La suite interpretada consta de seis números, que aglutinan diversos ritmos y melodías populares en el París de comienzos del siglo XX, desde el vals al fox-trot, y que se articulan con dinámicas y melodías muy pegadizas y populares. La interpretación de la Orquesta Ciudad de Granada, bajo la hábil dirección de Lucas Macías, devolvió la vida a esta partitura, a la sazón banda sonora de un hito cinematográfico francés, con momentos de gran expresividad y lirismo; cabe destacar la belleza del episodio Rêverie, con un conmovedor solo de violín y arpa, magistralmente interpretado por Birgit Kilar y Rosa Díaz.
La segunda obra de la primera parte fueron las Danses sacrée et profane de Claude Debussy, una obra compuesta originalmente para arpa cromática que la OCG interpretó en su versión para piano y orquesta. Fue la primera vez que pisó el escenario Jonathan Mamora, pianista estadounidense de origen indonesio, quien desplegó no sólo un magistral dominio técnico del instrumento, sino además una sutil y elegante concepción del lenguaje impresionista.
Programa: José María Sánchez-Verdú, El palacio de los siete cielos; André Wormser, Suite L’enfant prodigue; Claude Debussy, Danses sacrée et profane y La boîte à joujoux; Manuel de Falla, Noches en los jardines de España.
Orquesta Ciudad de Granada
Solista: Jonathan Mamora (piano)
Director: Lucas Macías
Lugar y fecha: Auditorio Manuel de Falla, 22 de noviembre de 2024
Clasificación: 4 estrellas
La primera parte se cerró con el estreno absoluto de El palacio de los siete cielos. Esta página orquestal muestra el interés de José María Sánchez-Verdú por el arte árabe, la caligrafía islámica y las diversas formas de ornamentación propias de este arte. Al recibir el encargo del Patronato de la Alhambra y el Generalife de componer una pieza para su aniversario, se sumergió en los espacios del palacio nazarí, y más concretamente en la bóveda celeste de la Torre de Comares. Lejos de tratarse de una aproximación descriptiva a tal espacio, la pieza se constituye con un carácter entre cósmico y onírico, utilizando una amplia y rica paleta de colores tímbricos en una amalgama sutilmente organizada. Cada sección orquestal cumple su función en la cosmología de la partitura, desde las cuerdas tenidas –con continuos glissandos y portamentos–, hasta la sección de vientos, que despliega una variada representación de efectos y recursos técnicos, que incluye el susurro, la manipulación mecánica o complejas articulaciones de carácter puntillista. De fondo, orgánica y pertinaz, la sección de percusión cierra la visión espacial del compositor, configurándose como la protagonista dentro de una amplia nube de sonoridades.
En la segunda parte del programa se puso en atriles, primeramente, La boîte a joujoux de Debussy, una suite orquestal compuesta para un malogrado ballet que vio la luz de forma póstuma. Aun así, la pieza ha tenido una considerable difusión y muy buena aceptación en el repertorio, gracias en gran parte a su carácter juguetón, a las citas populares contenidas en sus episodios y a su rica orquestación, culminada por André Caplet. La interpretación de esta suite por parte de Lucas Macías al frente de nuestra orquesta no defraudó, con aciertos como los tempi dinámicos y marcados o la bondad técnica de los solistas de la OCG.
Para cerrar la velada el pianista Jonathan Mamora volvió a salir a escena para interpretar junto a la OCG las Noches en los jardines de España de Manuel de Falla, una obra que guarda estrecha relación con el periplo francés del compositor, ya que fue concebida en París. Estrenada a su vuelta a Madrid, en 1916, constituye una de las páginas del repertorio pianístico español más destacadas de todos los tiempos, y un verdadero reto interpretativo, ya que la parte solista fue concebida por Falla como una extensión de la orquestación, y por tanto su presencia ha de ser la oportuna. En este sentido, la comprensión de la obra que demostró al teclado Jonathan Mamora fue encomiable, que abordó sus intervenciones de manera orgánica, naciendo desde la textura orquestal e incorporándose a ella cuando el discurso lo requería. Su equilibrio sonoro y su técnica limpia y precisa fueron el perfecto broche de oro a la velada, junto a una OCG que brilló, como de costumbre, por su buen sonido al frente de Lucas Macías. El pianista, ante la prolongada ovación del público, ofreció fuera de programa Zdes’ Khorosho de Sergei Rachmaninov.
La velada tuvo un carácter solidario con las víctimas de la pasada DANA en la provincia de Valencia, y por decisión del Consejo Rector del Consorcio Granada para la Música-OCG se donará todo lo recaudado este fin de semana a las víctimas de la catástrofe.
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