Fernando de Villena

El panorama de la cultura en Granada

Carroza en la Cabalgata de Reyes granadina dedicada a la Capitalidad Cultural.

26 de agosto 2024 - 14:23

Granada/Todas las referencias a la cultura en Granada desde hace algunos años giran en torno a la posible capitalidad cultural de la ciudad en el año 2031 y yo, cada vez que oigo hablar de esto, me acuerdo de los ingenuos lugareños de la película Bienvenido, míster Marshall. Al presente, en España y de modo muy especial en una provincia como la nuestra, se confunde cultura con grandes fastos, con nombres rimbombantes, con premios y reportajes televisivos.

De entrada, diré que la cultura, en realidad, la realiza un pintor ante el lienzo en la quietud de su taller, un escritor en su cuarto frente a la página en blanco, o un músico a solas con su instrumento. Todo lo demás casi siempre es puro espectáculo.

Lo primero, pues, que se ha de tener en cuenta al tratar de la cultura en nuestra ciudad es que se precisa examinarla desde dos puntos de vista muy diferentes: el de los creadores y el de los gestores.

La extremada belleza que nos rodea hace que aquí abunden los artistas de toda laya: admirables músicos, magníficos pintores, escultores, arquitectos y orfebres, decenas y decenas de narradores y poetas. Todos quieren participar en esa explosión de hermosura y armonía que la ciudad derrocha, todos anhelan añadirle algo de su propia cosecha. Eso está muy bien, pero vayamos al apartado de los gestores. Aquí es donde falla lo principal. Los gestores piensan en la foto, en lo efímero, en lo que aparecerá al día siguiente en el periódico, y así consideran que lo más importante es traer gente de fuera, grandes nombres, premios nóbeles o poco menos a los que se les paga un buen dinero, están unas horas y después desaparecen para siempre. En suma: una cultura de relumbrón. Sin embargo, lo que verdaderamente habría que llevar a cabo es todo lo contrario: mostrar en el exterior el gran potencial creativo de nuestros artistas.

Ejemplificaré lo dicho en diversas instituciones locales:

La Diputación dedica gran parte de su presupuesto cultural a la figura del pintor José Guerrero. Los libros sobre él se multiplican; su museo está en el lugar más señero de la ciudad. Pero, ¿no existen otros muchos pintores granadinos valiosísimos en el más completo olvido? ¿No se podrían organizar exposiciones periódicas itinerantes en pueblos y ciudades de nuestra provincia, de nuestra comunidad, de nuestra nación? Y con los escritores otro tanto: darlos a conocer en el exterior.

Tenemos un hermoso Museo de Bellas Artes, pero no uno de arte actual y cuando quedan libres algunos espacios en la ciudad apropiados para ubicarlo, como el Palacio de los Agrela, el antiguo Banco de España o el Edificio Rey Soler, el Ayuntamiento se apresura a ponerlos a disposición de otros usos. En Málaga se actúa de manera completamente distinta y así se ha conseguido un florecimiento prodigioso en las últimas décadas.

La Universidad, perdida en sus endogamias, tampoco se preocupa demasiado de los creadores locales (con la excepción de algunos profesores, curiosamente de la Escuela de Formación del Profesorado).

Sin jactancia, puedo decir que he recitado poemas míos en las Facultades de Letras de Valencia, Sevilla, Córdoba, Buenos Aires, Bogotá… Sin embargo, jamás se me ha invitado a hacerlo en la de Granada, que cuenta con un departamento de Literatura Española y otro de Teoría de la Literatura y Crítica Literaria. Pero es que a otros escritores de la ciudad con una obra muy sólida a sus espaldas, tales como Enrique Morón, Antonio Enrique o José Lupiáñez tampoco se los ha invitado nunca. Y una vez más, se trata sólo de un ejemplo.

La Academia de Buenas Letras, por el contrario, representa un paradigma de trabajo serio y amplio de miras, pues en su corta existencia ha puesto en circulación ciento veinte libros, un admirable Boletín Digital y un Diccionario de autores granadinos.

El Ateneo va cobrando pujanza y, con muy poco presupuesto, ofrece un programa cada día más variado e interesante.

El Centro García Lorca tiene algo de panteón fúnebre y los actos que allí se organizan deben ser muy de élite pues sus gestores siempre se andan quejando de falta de presupuestos.

Y, finalmente, hablaré del Centro Artístico, que durante los últimos años ha contado con una presidenta y su sucesor y con un equipo excepcionales, y ha mantenido una programación cultural incesante y brillantísima en todos los ámbitos: música, dramaturgia, literatura, pintura… Y ello, con unos ingresos muy modestos, pero contando con el afecto y la colaboración desinteresada de numerosos creadores.

Éste es, a mi juicio, el panorama cultural de Granada en la actualidad.

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