Cuál es el pintor granadino del XVII cuyo cuadro sale a subasta este martes
La sala de subastas barcelonesa La Suite ha fijado el precio estimado de venta entre los 18.000 y los 30.000 euros
Una subasta une las historias de dos pintores barrocos granadinos emigrados a México
Granada/El próximo martes 26 de noviembre la sala de subastas barcelonesa La Suite sacará a la venta una importante obra del pintor del Barroco granadino Juan de Sevilla Romero (Granada, 1643 - 1695). Se trata de una pintura de gran calidad y belleza que forma parte del Lote 32 y cuyo precio estimado de venta osciela entre los 18.000 y los 30.000 euros. La obra, titulada Martirio de Santa Catalina de Alejandría, es un óleo sobre tela de 205 por 170 centímetros acompañada de un importante marco en madera tallada, patinada y dorada del XVII al estilo de Alonso Cano.
El autor
Juan de Sevilla Romero y Escalante (Granada, 1643 - 1695) fue un pintor barroco español encuadrado en la escuela granadina de pintura como el más directo continuador de Alonso Cano, junto con Pedro Atanasio Bocanegra, con quien mantuvo una relación de rivalidad, y con el que pintó en un mano a mano gran parte del corpus catedralicio granadino. La casa de subastas define su estilo como "definido", con "un trazo fresco y tierno, con pinceladas muy de Valdés Leal, similitudes con Antonio del Castillo Saavedra, Mateo Cerezo o Ribalta, y con dulzura murillesca, plasma el momento del martirio de santa Catalina de Alejandría, quizá uno de los numerosos encargos que recibió a partir de 1674 para diferentes iglesias y conventos de su ciudad, tras la muerte de Alonso Cano en 1667, momento en el que arrancó e impulsó su obra con la ausencia de su maestro".
Según la sala, se cree que "inició su aprendizaje con Francisco Argüello, culminando su formación en el taller de Pedro de Moya, del que imitó sin dudar su manera fresca. "El buen gusto define a esta obra, y parece ser verdaderamente su manera de pintar. Arrodillada frente al emperador Máximo Majencio, en pleno siglo IV, con una luz invisible y serena que la llena de la fortaleza de Dios que desciende del cielo, entrega, estoicamente y sin dramatismo, su vida de virgen, esposa de Cristo y mártir (corona) al que mandó decapitarla, tras éste comprobar que ni con un martirio cruento previo con rueda dentada de dagas (rota a sus pies) y pese a tales tribulaciones, se siguió negando a sus propuestas indecentes. Con muchas reminiscencias canescas e indudables trazos muy de Valdés Leal y Murillo, pincela con colores venecianos su original lenguaje con el que definió siempre toda su obra, y que lo convirtieron en uno de los exponentes ideales del pleno barroco español".
Temas relacionados
No hay comentarios