Los poemas sin versos de Antonio Carvajal

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Point de Lunettes publica una antología de sus poemas en prosa titulada 'Antorchas del Solsticio'

El libro recoge 18 textos escritos a lo largo de 40 años

Los poemas sin versos de Antonio Carvajal
Belén Rico

17 de junio 2017 - 02:34

Granada/El nombre de Antonio Carvajal está unido a la Métrica, como poeta dotado de una especial facilidad para la misma pero también como experto mundial y profesor de esa asignatura en la Universidad de Granada. Quizás eso resulta tan curioso el último poemario que ha llegado a las librerías del autor alboloteño: una recopilación de sus poemas en prosa.

Y más sorprendente resulta aún que haya cultivado este género en paralelo a las composiciones que le han dado fama durante más de cuatro décadas. Antorchas del solsticio (Point de Lunettes) recoge los poemas en prosa que ha ido publicando de forma dispersa e intermitente desde los comienzos de su carrera literaria, añadiendo algunos inéditos. Es la primera vez que se ofrece al completo este conjunto de la producción lírica de Carvajal, la más desconocida.

El libro, a la venta desde hace un mes, recopila 18 poemas en prosa que abarcan casi 40 años de creación: desde El corazón y el lúgano, fechado en 1973, hasta el más reciente, Infinido collage vilanovense, de 2015. "La reunión de estos poemas me ha servido para reafirmar mi voz personal y descubrir la fertilidad del contacto con otros artistas", explica Carvajal, quien escribió algunos de estos poemas a partir del estímulo de las pinturas de María Teresa Martín-Vivaldi y Diego Gadir o los grabados de Eduardo Naranjo.

"Él siempre ha hecho este tipo de textos, pero estaban en publicaciones marginales, como catáloguillos de exposiciones de arte y cosas así. Para los que no conocíamos su obra no es una sorpresa aunque el valor del libro es que los hemos recopilado porque ya no podían encontrase y les hemos dado una unidad, lo que sirve para ver la trayectoria del poeta", señala el editor, Manuel García.

Carvajal se confiesa entusiasta del verso libre y del poema en prosa, también como elementos que facilitan la creación de un mundo propio y subraya la dificultad del género: "La prosa poética tiene también sus reglas. Tiene su musicalidad, su sentido de la medida. Es, realmente, dificilísimo". En cuanto a los temas que aborda, Carvajal demuestra en Antorchas del solsticio que lo poético es un anclaje en el pasado, pero también es una proyección en lo porvenir.

Ocurre así en la composición titulada Corónica Angélica, (1979), donde el autor reflexiona sobre el papel social del artista y que supone el poema más importante de los que aparecen en el libro, según el editor: "Nació un aurora roja, civil y campesino; creció entre hermosas máquinas, lucha por desangrar al último cobarde y al último asesino. Lo veo como un faro de amor sobre la mar", escribe. "Se trata de una prosificación de un poema que se había hecho primero en verso. Es importante porque es de tipo político y en los inicios de la democracia vaticina lo que está ocurriendo ahora", detalla García.

"Hay una evolución quizás a lo más personal y también más comprometido. El Carvajal último es menos pesimista que el primero, más recio y duro políticamente, como en la Corónica angélica. Como si creyera más en el género humano", apunta el editor sobre los cambios que se aprecian en estos 40 años.

Muy variados son también en cuanto a la extensión, pues si unos ocupan varias páginas en ocasiones el poema en prosa tiene apenas una línea, como en Orla para un reloj: "Feliz quien ve sus horas en dorado presente".

El libro cuenta, a modo de prólogo, con un riguroso estudio de José Cabrera Martos, el motor de esta antología. "Él realizó su tesis doctoral sobre los poemas en prosa de Carvajal y decidimos convertirla en un libro con un prólogo abierto a todos los públicos, de unas 40 páginas, seguido de todos esos poemas", relata el editor.

Martos sostiene que los poemas en prosa de Antorchas del solsticio nacen de "la necesidad de expresión lírica más allá de la disposición en versos, desmitificando, si aún cupiera el cliché, algunos comodines -clasicista, neobarroco, formalista versal- esgrimidos para caracterizar la obra de Antonio Carvajal".

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