Ellos, los poetas. Ella, la cantaora
Carmen Linares. Guitarras: Salvador Gutiérrez y Eduardo Pacheco. Percusión: Antonio Coronel. Piano: Pablo Suárez. Lugar: Palacio de Carlos V. Fecha: 26 de junio de 2012.
Ellos: los elevados poetas Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Ángel Valente, José Luis Ortiz Nuevo, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca. Ella: la gran dama del cante jondo, Carmen Linares. El vehículo de comunicación entre música y poesía: un sonido legendario nacido al sur de la península ibérica que la historia ha venido a llamar flamenco. El resultado: Presumiblemente uno de los productos más caros musical, canora y poéticamente hablando. Concebido sin fisuras, con el único argumento de la calidad flamenca y literaria, y la fiel compañía de dos brillantes guitarras, un deslumbrante piano, comedidas voces y palmas, y la brillantez del baile de Belén Maya.
En el espectáculo los aficionados al flamenco escucharon seguiriyas, malagueñas del Canario y de la Trini, dos estilos de abandonaos, bulerías, cantiñas, toná chica, debla, granaína y fandangos de Huelva. Los neófitos, un espectáculo rico y variado, lleno de coloratura musical, donde la versatilidad artística de Carmen Linares brilló en todo su esplendor, tanto al pie del piano como sentada en la silla habitual del centro de la escena, guitarras a su izquierda y llevando todo el peso de la obra. Nos gustó especialmente el trabajo que desarrolló la cantaora en los tonos medios y bajos, si bien no debemos obviar que se encuentra en un buen momento y con unas condiciones de voz impecables.
La cantaora enciclopédica de nuestro tiempo demostró el peso que otorga la experiencia de los años sobre un escenario con la madurez de su puesta en escena, la elegancia de su pose relajado, la forma de acometer los cantes con esa solvencia cantora indiscutible que la convierten en una voz de referencia para los aficionados del presente y las generaciones venideras.