Al rescate de la generación perdida
Anticuario Ruiz-Linares acoge una muestra de cuatro jóvenes artistas emergentes: Cristina Ramírez, Álvaro Albadalejo, Pablo Capitán y Santiago Torres
En este país muy pocos artistas pueden vivir del arte. "Incluso los consolidados y con una cierta edad suelen tener que compaginarlo con otros trabajos, normalmente con la docencia", explica Fernando Carnicero, propietario del Anticuario Ruiz-Linares. Esa situación es aún más difícil para los más jóvenes, los que se han encontrado un panorama no sólo sin compradores sino sin instituciones en las que poder exponer sus obras y darse a conocer. Una generación de creadores que corre el riesgo de convertirse en una generación perdida que no puede siquiera hacer currículo. Como respuesta a este problema surgió Teoría de conjuntos, el título de la última exposición que recoge el citado anticuario.
El punto de arranque de esta muestra colectiva está en la publicación de un artículo del crítico madrileño Óscar Alonso Molina titulado Todo es posible en Granada, que apareció en el suplemento del ABC Cultural hace un año. En este artículo Molina ofrecía una visión panorámica del arte contemporáneo granadino. El crítico destacaba el elevado número de artistas granadinos o formados en esta ciudad que tienen una presencia significativa en el circuito artístico nacional e internacional.
Alonso Molina señalaba que en ese sentido la ciudad es un centro inusual porque concentra un alto número de estudios en los que están pasando cosas. Entre el nutrido grupo de artistas, mencionaba a Carlos Aires, Juan Francisco Casas, Jacobo Castellano, Paloma Gámez, Miguel Ángel Tornero, Marina R. Vargas, Ángeles Agrela, José Piñar, Jesús Zurita, Simón Zabell, Santiago Ydánez, Paco Pomet, María Ángeles Díaz Barbado, Ándres Monteagudo, Joaquín Peña-Toro, María Acuyo, Álvaro Albaladejo, Cristina Ramírez, Pablo Capitán, Antonio Montalvo, Irene Sánchez, Diego Fajardo, Santiago Torres, Alfonso Masó y Santiago Zorilla.
El crítico madrileño destacaba el interés de la obra de una generación de artistas nacidos a comienzos de los años ochenta y formados en la Facultad de Bellas Artes de Granada.
Como estos artistas, debido a la crisis económica, social y cultural que atraviesa España, realizan desde hace tiempo su obra al margen de las instituciones públicas y privadas, la exposición que acoge el anticuario Ruiz-Linares tiene como objetivo mostrar el trabajo de algunos de los miembros de este grupo emergente forzosamente outsider. Cuatro en concreto: Álvaro Albaladejo, Pablo Capitán, Cristina Ramírez y Santiago Torres López.
"Hace tiempo que tomamos la iniciativa de exponer a gente joven porque vimos que en Granada no tenían otros sitios en los que mostrar su obra desde que cerró Sandunga. Cuando apareció el artículo, que nos gustó mucho, nos dimos cuenta de que algunos de los jóvenes no habían expuesto, al menos de forma individual", explica Carnicero, quien señala que la propuesta vino de uno de los autores mencionados, pero no de la nueva generación: Jesús Zurita. "Me lo pidió como amigo y los propios artistas, que forman un colectivo, eligieron al comisario", comenta Carnicero.
El título de la exposición, Teoría de conjuntos, hace referencia de manera metafórica a la rama de las matemáticas que investiga las diferentes operaciones que tienen lugar entre conjuntos. Comisariada por Javier Sánchez Martínez, aborda los posibles encuentros entre obras de arte contemporáneo y antigüedades a partir de los procedimientos del montaje.
Así, las siete piezas que componen la muestra dialogan cada una con piezas del anticuario. Un papel de Cristina Ramírez, lo hace por ejemplo con una fantástica araña de cristal. Un óleo de Santiago Torres, con un pequeño grabado del XIX y otro con un pedestal de hierro del mismo siglo coronado con una pieza de cerámica. Un dibujo de Ramírez, con un pequeño mueble. Una escultura de Pablo Capitán, con dos piezas de arqueología industrial. Otra del Álvaro Albadalejo, con un dibujo del XVII. Y otro dibujo de Ramírez, con una estantería con dos piezas de opalina del XIX.
Además, en el escaparate, hay una espectacular pieza de Gran Capitán que funciona a modo de advertencia al visitante de la sorpresa que guarda en su planta superior el anticuario, situado en el número 6 de la calle Estribo, junto a Zacatín.
"Por ahora está funcionando muy bien de público", cuenta Carnicero sobre esta muestra, a la que seguirá otra sobre una grabadora búlgara de mediados del XX y luego otra de José Piñar, con la que se cerrará la temporada de exposiciones hasta el verano.
Teoría de conjuntos permanecerá abierta al público hasta el día 10 de abril en horario comercial, de 10:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 horas, y los sábados sólo de mañana.
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