Sentir el alma de Cuba
Su excelente formación clásica hace posible una interpretación muy especial de los clásicos cubanos
Valores, simpatía y explosión musical
Granada/Era un momento especial para Alfredo Rodríguez. En 2009 decidió no volver a Cuba, convirtiéndose en emigrante y transformando el amor a la isla en la añoranza que envuelve a todos los que se marchan de ese lugar tan especial. Pudo así trabajar en Los Ángeles con Quincy Jones, el gran músico y productor musical con el que hizo su primer disco, Sounds of Space. Su gran mentor, sin embargo, falleció hace apenas unos días, y el pianista cubano cerró el concierto con una versión jazzística de Thriller, de Michael Jackson, que fue uno de los grandes hitos comerciales producidos por Jones. Sin embargo, nada empañó la narrativa de este extraordinario pianista, que se basa en llevar el sonido del Caribe por el mundo, con una destreza técnica que impresiona tanto como la belleza y el sentido musical de este trío. Difícil ver a un músico más fiel a sus orígenes. En su trayectoria cuenta ya con un Grammy latino como mejor álbum instrumental y la colaboración con los grandes del jazz, como Wayne Shorter, Herbie Hancock, McCoyTyner, Charlie Haden o Esperanza Spalding.
La noche sonó a son y mambo, pero especialmente a bolero. Rodríguez ha sabido aplicar su formación clásica de excelencia a la belleza eterna de algunos clásicos, como Mamá Inés, de Bola de Nieve; Bésame mucho, de Consuelito Velázquez, o Guantamenera, de Compay Segundo, todo un recorrido que demuestra que hay temas que pueden ser revisitados si se cuenta con el criterio y el sentir correcto para hacerlo, sin ningún miedo y con una frescura desbordante. No en vano, Alfredo Rodríguez, en nombre de su trío, recordó que el corazón de los tres siempre está en su isla. Es lo que pasa cuando naces en La Habana o Santa Clara. A esa visita de los temas clásicos se une la revisión de unas composiciones propias de una impresionante belleza. Todo, con una simpatía y una emoción por parte de los tres músicos que implicó al público desde el primer minuto, en el que las palmas ya acompañaban los ritmos cubanos.
Alfredo Rodríguez Trío
44 Festival Internacional de Jazz de Granada
Alfredo Rodríguez, piano; Michael Olivera, batería; Yarel Hernández; bajo eléctrico.
Fecha y lugar: viernes, 8 de noviembre, Teatro Isabel La Católica.
Puntuación: 4 estrellas
Más que un momento destacado, quizá lo mejor de este concierto, tan especial, fue la atmósfera creada por estos músicos, con un sonido tan fácilmente identificable con la nueva trova en su esencia, sin dejar de ser jazz. En algunos momentos, parecía escucharse el eco de la profundidad sonora de Pablo Milanés, pero también de Pat Metheny o del propio Richard Bona, con el que ya le pudimos escuchar, porque es ese tipo de jazz el que propone Rodríguez, lo que nos hará estar muy atentos a sus futuras propuestas. La excelencia musical da este resultado, transformándose en lírica y atrapando a quien escucha y siente. También, por su contagioso sentido rítmico y vital, merece una especial mención el bajista Yarel Hernández, auténtico dinamizador durante toda la noche. Tal y como afirmaba Andrés, al finalizar su trabajo fotográfico, había sido un concierto divertido, además de todo lo ya señalado. Lo dijo el pianista al empezar la noche: “yo toco lo que vivo”. Y así, con esa calidad y esa profundidad musical, consiguió que el teatro viviera su música, viajando al corazón de Cuba.
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