El talento andaluz en los Premios Max
Olga Pericet, Teatro Clásico de Sevilla, Las Niñas de Cádiz, La Maquiné, Luis Miguel Cobo y Andrés Marín aspiran al triunfo en la gala del próximo lunes
Seis andaluces finalistas en los Premios Max
La edición número 27 de los Premios Max, que acogerá el próximo lunes 1 de julio el Auditorio de Tenerife Adrián Martín, tendrá a Andalucía “muy bien representada”, según el director de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Andalucía, Ceuta y Melilla José Lucas Chaves, que destacó ayer en un encuentro con la prensa en Sevilla la diversidad de tendencias y sensibilidades que mueve la producción escénica en la región.
“La comunidad autónoma está muy presente, y además con exponentes que son números uno”, explicó el responsable en el sur de la entidad que organiza estos galardones. “Jaén, con Luis Miguel Cobo seleccionado en composición musical por La casa vacía, una obra de una compañía vasca como Proyecto Larrúa; tenemos a Las Niñas de Cádiz por Las bingueras de Eurípides [mejor adaptación o versión de obra teatral]; por Málaga contamos con Estación Paraíso, de la compañía granadina La Maquiné [mejor espectáculo para público familiar]; por Córdoba está doblemente nominada Olga Pericet [que opta a mejor coreografía, un trabajo que firman Daniel Abreu y ella, y a mejor intérprete femenina de danza, por La materia]; y por Sevilla aspiran al premio Andrés Marín [mejor intérprete masculino de danza por Yarin, una nominación ex aequo con su compañero en la obra Jon Maya] y Teatro Clásico de Sevilla, con su versión de El público, por la que están nominados Juan Motilla y Noelia Díez en labor de producción”, enumeró Chaves en el Cartuja Center, donde se ubica la sede de la SGAE en Sevilla.
Nominaciones que tienen algo de reafirmación de un sector, de apuntalamiento de un respaldo que viene de lejos. Los nombres de ahora suenan con un eco antiguo: “Yo no creo en las coincidencias, pero me divierten mucho las casualidades, y en el 2020 consigieron premio Las Niñas de Cádiz, espectáculo revelación por El viento es salvaje; Olga Pericet, elegida entonces mejor intérprete de danza por Un cuerpo infinito; y Luis Miguel Cobo, mejor composición musical por Play. Y esa gala fue en Málaga, y se encargó de dirigirla La Maquiné. Dos años antes, en 2018, Alfonso Zurro, de Teatro Clásico de Sevilla, dirigió aquí, en este mismo teatro, los Premios Max”, concluye Chaves.
Zurro, que acudió a la convocatoria de prensa acompañado por el actor y productor Juan Motilla y los intérpretes Luis Alberto Domínguez, Piermario Salerno y Raquel de Sola, calificó de “atrevimiento” el propósito de adaptar El público, de Federico García Lorca, una versión en la que firma la dirección escénica y la dramaturgia. “Recuerdo cuando buscábamos un espacio que encajara en los presupuestos. Dice Curt [Allen Wilmer, encargado de la escenografía] que nunca ha trabajado tanto [ríe], porque él hacía bocetos que yo veía maravillosos, ideas que después, ajustándonos a la realidad económica, eran imposibles... Fue una etapa muy divertida”, comenta Zurro.
El autor, cuyo texto A solas con Marilyn ha inspirado una ópera al músico David del Puerto, cree que la mirada de Teatro Clásico de Sevilla a El público habría merecido más resonancia. “Yo entiendo las dificultades que tiene a la hora de venderse, porque no es un espectáculo fácil, pero allá donde se ha visto el espectador sale seducido. El público es como si colocas junto a un cuadro de Velázquez uno de Francis Bacon: te das cuenta de que hay otras formas de hacer arte”. Piermario Salerno celebra la sutileza de la relectura de Zurro –“Alfonso no da una interpretación cerrada de la obra, la deja abierta para que los significados posibles no se pierdan y el espectador recoja el que más le interese”– mientras Luis Alberto Domínguez repara en el poder de las imágenes que brinda Lorca en su texto: “Es habitual que nos digan: No he entendido nada, ¡pero he sentido tanto!”, cuenta el actor sobre este “poema para ser silbado”, como lo definió el creador granadino.
Pericet, galardonada en dos ocasiones como intérprete de danza, regresa a los Max gracias a La materia, segunda parte de su trilogía inspirada en las célebres guitarras de Antonio de Torres, en la que comparte escenario con el canario Daniel Abreu. Una pieza austera y honda en la que los dos Premios Nacionales “envenenan” el baile del otro. El dúo partía de una frase de Atahualpa Yupanqui que les conmovía, y en la que el músico sostenía que “antes de ser guitarra, la madera fue árbol. En el escenario emprendemos un viaje sagrado para ser árbol, vamos a lo esencial, a la materia, a lo importante”, analiza la cordobesa, que concluye que La materia es, ante todo, “un espectáculo de danza. Siempre apartamos el flamenco como si fuera una cajita, pero el flamenco es danza”.
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