La villa romana de Salar y sus venus al fin son reconocidas como Bien de Interés Cultural

Patrimonio

La Junta acuerda este martes inscribir el entorno arqueológico y sus maravillosas venus en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con esa designación para protegerlas

La villa posee un mosaico figurativo de caza excepcional / G. H.
I. Vargas · Agencias

18 de mayo 2021 - 17:11

Granada/A estas alturas, muchísimas personas han visitado la villa romana de Salar y han descubierto de primera mano el enorme valor del entorno arqueológico. En él, se han encontrado numerosos mosaicos geométricos, restos de pinturas murales, un mosaico figurativo de caza excepcional y tres venus en buen estado de conservación. Dos de ellas descansan hoy día (por derecho propio tras una polémica interminable) en el Museo Arqueológico.

El Consejo de Gobierno de la Junta ha acordado este martes inscribir, a instancias de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Zona Arqueológica, la Villa Romana de Salar, una de las más importantes y singulares villas romanas documentadas, y las venus allí aparecidas.

En concreto, y según ha informado la Junta tras el Consejo de Gobierno, "por su íntima vinculación con el inmueble", tienen la consideración de Bien de Interés Cultural estas esculturas de Venus realizadas en mármol blanco que, "representadas en actitud púdica, están depositados en el Museo Arqueológico". Para la protección se ha delimitado un área de entorno del BIC siguiendo criterios paisajísticos. El paisaje actual aterrazado es el resultado de las transformaciones antrópicas llevadas a cabo desde época medieval para la puesta en explotación y nuevas formas de agricultura.

La dos venus exhibidas en el Museo Arqueológico de Granada / Miguel Ángel Molina / Efe

Fundada en época altoimperial (principios del siglo I d.C.), fue remodelada y monumentalizada en el primer tercio del siglo IV d.C. y, finalmente, abandonada durante la primera mitad del siglo VI d.C. La Villa Romana de Salar representa un importante testimonio material sobre la evolución histórica del municipio, además de la transición del enclave desde su fundación hasta su abandono.

Constituye uno de los máximos exponentes para el estudio de la arquitectura doméstica de ámbito rural hispano gracias a la observación de sus mosaicos, pinturas murales, columnas y esculturas femeninas. Aunque aún está por delimitar en su perímetro total, en la actualidad está documentada la zona de residencia del señor de la villa (pars urbana), compuesta por, entre otros, un patio central porticado (peristilo), un espacio de representación y comedor principal (triclinium), y un santuario dedicado a las ninfas y a las fuentes (ninfeo).

Destaca la utilización de técnicas constructivas de gran singularidad escasamente difundidas en la Hispania romana, como la colocación de láminas de plomo en la base de las columnas a modo de juntas de dilatación, o la existencia de cubiertas abovedadas cerámicas decoradas con estucos y molduras policromadas, propias de equipos de trabajo del norte de África.

Otro mosaico de Salar / G. H.

Muestra de la originalidad y la monumentalidad de la villa es el completo programa decorativo presente en todas sus estancias, con pavimentos de mosaicos prolícromos figurativos y geométricos con temática marina y escenas de caza, decoración parietal a base de pinturas murales y mármoles de colores, esculturas femeninas de mármol o columnas de diversas tonalidades.

Además, se ha localizado material arqueológico prehistórico (restos de talla de sílex) y abundante material de época romana, en concreto, cerámica tipo Terra sigillata Hispánica, restos de columnas, mármoles y elementos óseos cono agujas y pinzas relacionadas con la higiene personal.

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