'Zambra', la película imprescindible para conocer los secretos del Sacromonte y el baile que los resume llega a los cines
El cineasta granadino presenta estos días en el Cine Madrigal su último documental musical
Las zambras gitanas del Sacromonte
Granada/El Sacromonte está considerado una de las cunas del flamenco y hoy en día es un espacio de atracción para turistas. La zambra es un palo originario de los gitanos de Granada que se ha convertido en el principal símbolo de este cerro rodeado de pitas que mira a la Alhambra casi de frente. Esta evolución de las danzas moricas se convirtió en un baile típico de las ceremonias nupciales gitanas hasta que prohibió en España en el siglo XVI por motivos políticos, ya que Felipe II quería eliminar toda traza de cualquier cultura que no fuese católica. Continuó practicándose de forma clandestina y en los siglos XX y XXI fue de nuevo adoptada hasta llegar a ser encumbrada por bailaoras como Carmen Amaya, Puela Lunaris o Lola Flores. Tradicionalment, se baila con los pies descalzos, la blusa anudada bajo el busto y la falda larga asegurada a la altura de la cadera con amplios pliegues para hacerla flotar en el aire.
El director José Sánchez-Montes (Granada, 1922) dedica a ella su última película en la que vuelve al género del documental musical que tantas satisfacciones le ha dado. No hay que olvidar que el cineasta granadino ha dedicado hasta dos títulos a la figura de Enrique Morente (Enrique Morente sueña la Alhambra, en 2005, y Omega, en 2016) y otros como Eva Yerbabuena, Cuando yo era (2012), otro al Cante Jondo, a Camarón, a La Platería... "Desde que arranqué a hacer películas de flamenco los artistas han confiado en mí y me han pedido que les ayudara a reflejar lo que habían hecho", resume sobre un idilio que parece no tener fin.
Hasta tal punto es así, que el autor considera que el "sello de la música" es un distintivo de la carrera, aunque también haya hecho documentales históricos, de naturaleza... "Cuando uno es documentalista termina siendo un humanista, está obligado a investigar y saber mucho de un tema, y el de la música es uno que siempre me ha apasionado".
Zambra, título del film, un intento de recuperar la historia de ese baile que ha pasado de las casas particulares a los locales de la zona, pero también de la historia de todo el barrio. Y en ese doble recorrido por el enclave y por su arte Sánchez Montes contará con dos cicerones de excepción. Por un lado, una leyenda del lugar: Curro Albaicín, un vecino conocido por su cueva y su papel de animador en fiestas que ha llevado las zambras a la Bienal de Flamenco de Sevilla, al Teatro del Generalife o al mundo árabe. Por otro, el hijo del fotógrafo francés Jacques Leonard, que recorre los mismos lugares que retrató su padre en los años 50 y 60, cuando llegó a Granada por primera vez.
El veterano productor, guionista y director granadino, fundador de Ático Siete y socio de Sacromonte Films, se encuentra ahora al frente de Siesta Producciones, desde la que produce esta cinta que cuenta con el apoyo de la Junta de Andalucía, Canal Sur y el Ayuntamiento de Granada. Tras su paso por festivales en México y en España (Barcelona), llega ahora a las carteleras granadinas y durante estos días puede verse en el céntrico Cine Madrigal.
La evolución
Tal y como recordaba Reynaldo Fernández en un completo artículo publicado en este mismo diario, la palabra zambra ya en el reino nazarí de Granada y en la etapa morisca estaba asociada a cantos de boda, a fiesta, a leylas (veladas nocturna). Las zambras del siglo XIX se acompañaban de grupos de pulso y púa, bandurria y guitarra, herederos de los instrumentos de pulso y púa de Al Ándalus y del mundo árabe. Como elemento de identidad del flamenco granadino, en el XIX se podía escuchar en las barberías, en las herrerías, en los pregones de vendedores ambulantes, en los arrieros, en las ventas, tabernas y en las cuevas del Sacromonte. "Constituían algo singular de la tierra, y así lo entendieron Manuel de Falla o Federico García Lorca". Las zambras del Sacromonte tendrán tal relevancia que estarán presentes en las exposiciones universales de 1889 y 1900, actuando en el Concurso de Cante Jondo de 1922, así como en la Exposición Universal de Barcelona de 1929. "Se considera a Cujón, de profesión herrero, como el que crea o reúne esta tradición de zambras a finales del siglo XIX. Después vendrán las de Juan Amaya y posteriormente Los Tarantos, La Rocío, La Faraona, la zambra de Curro Albaicín, y la de la Venta del Gallo".
Protagonistas
No en vano, para acercarse al mundo de las zambras son imprescindibles los libros de Curro Albaicín: Cancionero del Sacromonte, 1991, y Zambras de Granada y flamencos del Sacromonte, de 2011. De familia flamenca, 'Los Cabrera', criado con artistas como Mario Maya, Manolete, los Heredia, los Habichuela, o los Amaya, es el 'sabio de la tribu', como lo definió Chus Gutiérrez en su documental 2014.
Por eso, era un nombre indispensable en esta nueva cinta. "Este proyecto nace en el año 86, cuando empezaba una carrera en la que ahora cumplo 40 años. Con unos medios muy rudimentarios, firmé un espectáculo que hizo Curro Albaicín en el Teatro Isabel La Católica que se llamaba Recordando el camino. En ese espectáculo estaban todas las bailaoras mayores, que eran las que habían aparecido en las películas de principios de siglo. Con esa filmación, Curro siempre me había pedido que hiciera una cinta sobre algo que no se había hecho nunca: "Hablar en profundidad y reflejar todos los bailes de la zambra". Ahora hemos rodado en escenarios naturales en muchos casos elegidos porque ya sirvieron de inspiración de aquellas cintas de los años 20 y 30. Y en este caso las protagonistas de los bailes son las hijas, nietas y sobrinas de aquellas mujeres las que recuperan esos bailes tal y como se han hecho siempre", explica Sánchez Montes.
Más singular resulta la elección de la figura de Jacques Leonard, que responde a la otra vertiente que trata de recoger la cinta: "Esa fascinación de los cineastas, fotógrafos o artistas por el Sacromonte, por intentar contar la historia del barrio". "Yo he tomado como hilo conductor a un fotógrafo francés, Jacques Leonard, que lo visitó en el 57 o 58. Él vivía en Barcelona y estaba casado con una prima de Carmen Amaya. Vino a Granada por el encargo de hacer un reportaje sobre los buscadores de oro del Darro. Desde allí vio el Sacromonte y encontró a una mujer que se había caído y tenía la pierna rota. Le ayudó a ir a su casa y allí estuvo haciendo más fotos. Esta es la historia de aquellas fotos".
El director conocía al fotógrafo por sus imágenes de bodas gitanas. "Hablando con su hijo, Santi, me dijo que había fotos hechas en el Sacromonte pero no conocía a las personas. Lo invité a que viniera a Granada a conocerlas. Le dije: ahí tienes el camino y lo seguí por el barrio", cuenta el director, que destaca también la participación de Marina Heredia.
Segunda producción
En cuanto al rodaje, no ha sido corto. "La película la hemos rodado un año en distintas etapas porque había que poner de acuerdo a mucha gente para los bailes". El resultado es una cinta de 85 minutos de duración a la que seguirá algo así como una nueva 'versión del director'. "Además de esta película, estamos en fase de montaje de una segunda producción en la que ya aparecen todos los bailes y unas explicaciones detalladas de cada uno. Será menos cinematográfica y más antropológica, pero queríamos que se quedara ese legado", adelanta Sánchez Montes.
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