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Tribuna Económica
Este año hemos aguantado bien con los difíciles equilibrios del gobierno y las mayorías parlamentarias, el apoyo de la Unión Europea, y el impulso de la demanda de servicios. Adaptando a nuestro entorno una idea de Moody's Analytics, vemos para 2023 nueve grupos de problemas según su severidad y la probabilidad de que ocurran. El primero, de severidad baja, y con probabilidad baja es el agravamiento de los cambios climáticos, y olas de Covid-19 estacionales, temas de importancia, que están ahí, pero sin efectos significativos en un año. De severidad baja y probabilidad media sería una crisis de deuda de los países de la Unión Europea, que parcialmente podría ser atajada por el Banco Central Europeo. Y también de severidad baja aunque de alta probabilidad es que el precio del petróleo y gas no bajen suficientemente, lo que puede gestionarse como hace la Unión Europea limitando el precio de compra a Rusia, y pese al frío, reduciendo en un 25% del consumo de gas.
En el segundo grupo de problemas de severidad media tenemos, con probabilidad baja, una caída en la demanda y precio de la vivienda, aunque tomando el precio proyectado de la tasadora Euroval para final de 2023, en España subiría con una media del 2%, y las compraventas se sostendrían; también hay que prever una escalada de la guerra comercial y caída en el comercio internacional de bienes. De severidad y probabilidad media es la no moderación de la inflación; y asimismo, disrupción en las cadenas de suministro y escasez de materiales, siendo los principales las baterías y los semiconductores, la tecnología más importante del mundo, como Chris Miller cuenta en su intrigante y entretenido libro: Chip Wars (Simon & Schuster), premio Financial Times al mejor libro de empresa del año. Y de severidad media y probabilidad alta, una caída generalizada de las bolsas.
En el tercer grupo, con severidad alta y probabilidad baja, recogemos una nueva pandemia; una caída significativa de la producción; y un desajuste permanente de personal cualificado, que se está cubriendo con personal foráneo. De severidad alta y probabilidad media sería la falta de apoyo de la política fiscal, por reducción de impuestos y falta de capacidad fiscal; otro tema es la intensificación de ciberataques a empresas e instituciones del Estado. Con severidad y probabilidad altas, está la subida de tipos de interés a largo plazo (en España ahora el 3%). Es particularmente grave, y a la vez probable, el aumento de populismos en Europa, como el movimiento sedicioso de extrema derecha desmantelado en Alemania; y con ello, el miedo en la mente colectiva, la polarización social, la inestabilidad y el bloqueo político.
Contra lo "conocido desconocido" no hay nada que hacer, pero el riesgo más o menos previsible entra en el cálculo de probabilidades, y aquí el azar puede incluso jugar a favor de nuestras necesidades. Recuerdo una entrevista al gran poeta Francisco Brines, en su casa de Oliva (Valencia), emitida por la 2 de TVE, poco antes de morir; mostraba dificultad para respirar, pero su voz era extrañamente clara cuando dijo: "El azar hay que respetarlo, y aceptarlo, y si te pasa cerca y es bueno, cógelo, intenta cogerlo aunque te dé un codazo".
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