Visto y Oído
Emperatriz
La trinchera
Miedo me entró de pensarlo. Si Carmen Calvo da positivo, ¿el gobierno de la Nación en su integridad entra en cuarentena? Y si entra en cuarentena, ¿el primero en salir de ella será Pablo Iglesias? ¿Y será el quien nos administre? ¿Y nadie podrá mañana en el Congreso de los Diputados cambiar el estado de sitio por el de Excepción? Llamadas a filas a médicos jubilados, cierre de colegios e institutos, supermercados desabastecidos, hospitales al borde del colapso, teletrabajo, pérdidas multimillonarias, caídas en bolsas, restricción de movimientos de personas, focos de contagio descontrolados, programas especiales en radios y televisiones...
Desperté. Un mal sueño. Una noche de agitación. Menos mal. Sólo era un sueño. Apenas había amanecido y desde la terraza no se veía movimiento alguno. Domingo, sería. Hoy es domingo. De repente, bajaron Piti y Pablo, el más madrugador. Buenos días, papá, me dijeron. Buenos días. Habéis pensado a qué misa vamos a ir? -les dije-. ¿Misa? -contestaron- ¿Misa? Papa, pero si hoy es martes, dijo Pablo sorprendido.
Martes. No era un sueño, no. Todo era verdad. Y si todo es verdad, también era legítimo y necesario cuestionarnos porqué el gobierno no actúa con mayor previsión. Porqué con la aprobación de las Cortes de hoy, no dan curso y vigencia a un estado de excepción infinitamente más eficaz para aliviar y solucionar con inmediatez los graves conflictos que la extensión temporal del confinamiento y la falta de recursos económicos pueda ocasionar. Problemas que requieren de un gobierno capacitado para resolver de inmediato, sin otras autorizaciones.
Se preguntarán el porqué de este cambio, de este giro en el retrato familiar. Se preguntarán porque hablo menos de lo que hacemos, de cómo organizamos los días, de los deberes, de mis hijos, de la vida, del balcón, del aplauso... Se preguntarán qué ha pasado. O no. O se sentirán identificados en esta sucesión de días planos, grises, donde nada puede hacer que el día anterior sea distinto. Esta semana aprecio que cuando hablábamos de sacrificio, era en verdad sacrificio. Que cuando cuestionábamos que para muchos fueran unas vacaciones, ya no lo son para nadie. Una extraña mezcla entre miedo y desesperación, entre soledad y confusión. Y siempre en medio de todo, la incertidumbre. Una maldita y severa incertidumbre...
No todo fue tan negro. Siempre habrá una Novena de Beethoven, en auriculares para no molestar, que levante el ánimo y te haga salir a tu ventana para decir: podremos con todo. "Siento que los peligros, la soledad y un futuro incierto no son males abrumadores mientras el cuerpo esté sano y las facultades en uso, y sobre todo, mientras la Libertad nos preste sus alas y la Esperanza nos guíe con su estrella" (Charlotte Bronte).
Pues eso: podremos con todo...
También te puede interesar
Visto y Oído
Emperatriz
El atlas celular humano
Visto y Oído
Broncano
Roberto Scholtes
Pequeñas y medianas compañías para 2025
Lo último