Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Tribuna Económica
En el evangelio de Lucas el lugar del nacimiento de Jesús puede ser un pesebre adjunto a una posada, o los bajos de una casa, al estar ocupada la parte de arriba. Era normal entonces vivir con animales que se guardaban en esos bajos, de ahí la compañía de la mula y el buey. Las viviendas humildes en la zona, aunque simples y pequeñas, no eran malas, construidas con cimientos de piedra y ladrillos de barro, y un poco de madera, que al ser cara sólo se empleaba para cubrir el techo; en una de esas casitas, de dos plantas, nació probablemente Jesús.
La vivienda es algo complejo, pues siendo una necesidad reconocida en nuestra Constitución, es una actividad empresarial, un activo financiero del que se busca rentabilidad y plusvalías, y un colateral o garantía sobre el que se obtiene financiación para la compra del propio inmueble, u otras formas de inversión. En España el inmobiliario consume demasiados recursos de inversión de las empresas, y también familiares, pues el 10% más rico del país tienen el 80% de su riqueza en el inmobiliario. La oferta y compraventa se reduce antes que bajar los precios, que están ya en 1.921 euros por metro cuadrado, un 6% más que hace un año, pero las compraventas que cayeron en 2023, crecen en los últimos meses, mostrando que a un nivel bajo hay cierto encuentro entre oferta y demanda. La vivienda nueva es sólo el 12% del total del mercado, y si en 2004 se iniciaban anualmente más de 400.000 viviendas, ahora no llegan a 100.000, y las que se terminan no pasan de 80.000, pues el eco de la gran crisis financiera e inmobiliaria de 2008 resuena todavía entre nosotros. Es peculiar también que el 23% de las transmisión de vivienda sean por herencia y donación, con gran disparidad entre localidades, al igual que todo lo que se refiere a la vivienda. Sorprende el papel en general inoperante de las administraciones locales y autonómicas, que teniendo las competencias no consiguen impulsar la vivienda asequible, ni utilizar los cuantiosos recursos disponibles para la rehabilitación.
Dos detalles para estas fechas. Uno, la coincidencia histórica en la humildad del lugar donde nace Jesús, que se recoge en multitud de obras de arte, con pesebres, cuevas, y construcciones precarias. Son especialmente emotivos los pequeños cuadros de los artistas de Siena, de principios a mitad del siglo catorce, con sus colores adorables e infantiles; las emociones que despiertan no vienen de la perfección con que están ejecutados, sino de la misma consistencia y levedad de la forma y el color, lo real y lo etéreo. Sobre la contraposición entre lo divino y lo humano, dice el crítico de arte Jackson Arn que en la obra de Ambrogio Lorenzetti, donde la madre amamanta al niño, se ve a la vez que el niño mama con glotonería mientras nos mira como exigiendo devoción, y pienso que quizás sea este entretejido de situaciones dispares, lo que intriga de este acontecimiento misterioso. La otra cuestión es que no debemos olvidar a Gaza, donde Israel no ha dejado una casa en pie; cuesta aislarse de la miseria que nos rodea, pero es verdad que las imágenes de gentes sin abrigo no nos conmueven ya tan profundamente, y como ocurre con casi todo, también nos acostumbramos al llanto de la gente infeliz.
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