Los Hardacre

Ya en los años 60 estaba la serie estadounidense Rústicos en Dinerolandia, que a saber para qué pasó al cine; aquí tuvimos algo parecido con Paz Padilla en Mis adorables vecinos. Cuando gente de la calle, que han vivido incluso en la necesidad, se topan de repente con una fortuna tienen que hacer frente a sus limitaciones, a sus sinceridades y se topan con el clasismo de los ricos que ya estaban montados en el dólar. Como broma es digerible, que entronca con el sueño de todos de que nos toque la lotería. Como drama de la vida real es más probable que muchas situaciones no fueran ni tan idílicas ni tan solucionables.

Movistar Plus + cuenta en su catálogo británico reciente con la ficción de época Los Hardacre. En este caso, durante estos seis primeros episodios, una esforzada familia de pescaderos de las entrañas del condado de York a finales del siglo XIX aprovecha un golpe bursátil que les permite dar el salto social y convertirse en propietarios de una mansión tipo Arriba y abajo. Se debaten en la casa con sobrellevar relaciones con el resto de potentados (algunos venidos a menos), aguantar un servicio que no les reconoce y, mientras, seguir prosperando en los negocios sin que se suban los humos de los hijos, pugnando con los rigores del sistema y la lucha de clases.

Son situaciones clásicas y transportables. Lo que viven Los Hardacre casi puede desarrollarse en cualquier década moderna, aunque la tentación tire a los ropones. La adaptación literaria de esta historia opta por los modos del serial, el costumbrismo y el maniqueísmo perfilado. El resultado de esta ficción del Channel 5 es una serie amontonada, muy para los aficionados a las historias decimonónicas burguesas. Una salvable opción para ver en este fin de semana, recibiendo a cambio un rato entretenido, sobre todo si se echa de menos la ración diaria de La Promesa. El personaje que se niega a renunciar a ser quién fue, la veterana suegra, una buscavidas, es la réplica de comedia a un drama trillado.