El mercado de bonos manda

Tribuna Económica

A Bill Clinton le bastaron unos cuantos picos en los rendimientos de los bonos del Tesoro para entender quién mandaba realmente en la economía estadounidense. Su impulso progresista fue frenado en seco por los inversores, que castigaban cualquier desviación fiscal. Clinton comprendió rápido que no era la política la que dictaba las reglas del juego económico, sino los mercados financieros. Décadas más tarde, Liz Truss aprendería esa misma lección: bastó un mini plan de recortes fiscales sin cobertura para que la libra se desplomara y los bonos británicos se dispararan, forzando su dimisión en tiempo récord. Ahora, es Donald Trump el que se ha topado con esa misma fuerza.

Todo ha pasado en una semana. El 2 de abril de 2025, el presidente estadounidense lanzó una ofensiva arancelaria contra todo el mundo en lo que llamó “día de la liberación” del comercio injusto. Pero el mercado no compró el relato y, así, el 9 de abril tuvo que dar marcha atrás, anunciando una moratoria de 90 días a los aranceles fijados, con la excepción de los aplicados a China. Wall Street reaccionó: el Nasdaq subió un 12%, el S&P 500 más del 9% y el Dow Jones rebotó un 8%. Por su parte, el índice del miedo, el VIX, también cayó de forma considerable.

Trump, como Clinton y Truss, sintió el vértigo de llevar la economía al límite. La presión llegó de todos lados: inversores, donantes e incluso los republicanos en el Capitolio alzaron la voz. Y cuando la crisis bursátil contagió al mercado de deuda —el verdadero termómetro del miedo económico—, Trump entendió el mensaje: si los bonos se hunden, no hay argumentos que lo salve. La venta masiva de bonos provocó un aumento en susrendimientos, afectando negativamente a inversores y elevando los costos de endeudamiento del gobierno. En política económica, el ruido se aguanta; el pánico financiero, no.

Las posibles causas de la bajada de precios de los bonos son varias: primero, el temor a un aumento de la inflación, con los planes de recortes de impuestos y mayor gasto sin un plan claro de financiamiento hacían prever un mayor déficit fiscal, lo que presiona al alza las tasas; segundo, se especula que China y otros inversores asiáticos habría reducido su exposición a bonos del Tesoro estadounidense; y tercero, el llamado "basis trade", una estrategia muy usada por hedge funds que aprovecha pequeñas diferencias entre los futuros de bonos y los bonos reales usando grandes cantidades de deuda, que amplifican los movimientos en el mercado. Cuando los rendimientos subieron rápidamente, muchos fondos tuvieron que deshacer sus posiciones apalancadas, lo que provocó una venta masiva adicional y reforzó el aumento de las tasas.

Al día siguiente, ayer, las bolsas europeas también se dispararon al alza. El Ibex 35, al igual que el EurostoXX,subieron en torno al 5%. No obstante, esto no ha terminado, la incertidumbre persiste. La guerra comercial sigue. Los aranceles a China alcanzan el 125%, y esto puede conducir a una invasión de productos chinos en tierras europeas a precios muy bajos. Para el resto de los países, se mantiene un arancel universal del 10%, y habrá que ver qué pasa dentro de 90 días, cuando finalice la pausa.

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