Salud sin fronteras
José Martínez Olmos
La IA y la humanización
El sistema sanitario juega un papel fundamental en el importante objetivo de asegurar el mayor bienestar posible en materia de salud para el conjunto de la sociedad. El mandato constitucional hacia el Estado para que este garantice la protección de la salud de la población, expresa la importancia que la salud tiene para las sociedades modernas.
En un país democrático y con inquietud social por abrir cada vez más espacios para la participación ciudadana, merece la pena apoyar iniciativas que favorezcan la generación de escenarios para la influencia por parte de los actores esenciales para el sistema sanitario. Uno de estos actores es, sin duda, el paciente.
El paciente, cuando actúa de manera conjunta con otros pacientes en organizaciones, puede lograr adquirir capacidades para hacer posible que sus experiencias, sus necesidades y sus aspiraciones puedan ser tenidas en cuenta en los procesos de toma de decisión que afectan a su salud.
España dispone en la actualidad de un amplio e interesante movimiento de organizaciones de participación social en salud que influyen cada vez más intensamente en llevar su voz a responsables del sistema sanitario, a gestores y a profesionales que cuidan de la salud de la población.
Las organizaciones de pacientes son ya un recurso de enorme valor para hacer posible que las respuestas asistenciales sean efectivas y adecuadas. Los pacientes (especialmente aquellos pacientes con enfermedades graves y/o crónicas), disponen de una experiencia y conocimiento en relación a la forma en la que el sistema responde a sus necesidades, que les convierten en agentes fundamentales para hacer posible el objetivo de la calidad, que todo sistema sanitario y todo profesional debe perseguir.
Desde esta perspectiva hay que interpretar las iniciativas de impulso a las escuelas de pacientes que trabajan para favorecer el empoderamiento del paciente mediante estrategias de capacitación a los pacientes que ya de por sí son pacientes expertos, así como las iniciativas que los poderes públicos desarrollan parapoder generar nuevos y mayores espacios para la participación en la toma de decisiones.
Es deseable que los próximos años alumbren nuevas opciones de participación de los pacientes y, además, debería ser un asunto prioritario para el sistema sanitario y para los propios profesionales de la salud. La perspectiva del paciente en la gestión de su problema de salud es un requisito de calidad.
Desde este punto de vista conviene trabajar tanto en acciones institucionales que permitan generar nuevos y mejores espacios de participación e influencia, como en favorecer que los profesionales sanitarios tengan siempre presente y escuchen (de verdad) la opinión, las necesidades y las preferencias de sus pacientes.
Apostar por mejorar las capacidades de las organizaciones de pacientes incluyendo reforzar sus conocimientos y aptitudes para la gestión de sus objetivos es algo que, también, considero necesario.
Un movimiento asociativo fuerte nos favorece a todos seamos pacientes hoy o lo vayamos a ser en el futuro.
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