
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Fundido ibérico
Tal día como hoy los andaluces conmemoramos la celebración del referéndum sobre la iniciativa del proceso autonómico de 1980. Casi medio siglo después, los herederos ideológicos de quienes entonces se opusieron a que Andalucía partiera en la primera fila de aquel incipiente estado autonómico, se han envuelto hasta tal punto en la bandera blanca y verde, que quienes no hayan vivido o estudiado la historia de aquellos años, creerían que son los hermanos siameses de Blas Infante.
Los cachorros de quienes hace 45 años tuvieron como eslogan aquel infame “andaluz no te dejes engañar, este no es tu referéndum”, puesto en la voz del inefable Lauren Postigo, pareciera que han inventado el andalucismo y en ese proceso se han inventado un artificioso Día de la Bandera, que supuestamente recuerda las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977, cuando dos millones de andaluces –casi ninguno de la ideología que hoy representa el PP– se echaron a la calle para reclamar autonomía plena y en Málaga las balas de la Policía Armada, segaron la vida del joven Joaquín Caparrós, sin que quienes las dispararon hayan respondido aún por ello. Poco o nada se habla de aquella muerte en esa celebración de Juanma.
En esa “fiebre andalucista” Bonilla ha concebido un protocolo con la Fundación Alejandro Rojas-Marcos, para el impulso del habla andaluza, algo parecido a lo que Ayuso hizo en Madrid con Toni Cantó; y en sus ínfulas napoleónico-andalucistas, que tan pomposamente se manifestaron en su segunda toma de posesión, hasta se ha creado todo un escudo presidencial que para sí lo quisiera Donald Trump y que ningún presidente de los que le precedieron en el cargo se explican como han podido vivir sin él.
El caso es que hoy celebramos el Día de Andalucía en una comunidad que tras seis años de gobierno de Juanma presenta las peores listas de espera de España, tanto en la sanidad pública, como en la dependencia; los segundos peores datos de desempleo del país; el peor PIB de todas las comunidades autónomas, el mayor riesgo de pobreza y exclusión nacional, o donde la axfisia de la educación pública, desde primaria hasta la universidad, es un hecho constatado; todo ello achacable a los bolivarianos gobiernos socialistas que ahora pretenden engañar de nuevo a Andalucía condonándole 19.000 millones de euros de deuda, algo a lo que “orgullosamente” se opone Juan Manuel, vayamos a que se le estropee el argumentario a su jefe Feijóo y a su competidora Ayuso.
Ya saben, si en 1980 los padres ideológicos de quienes ahora nos gobiernan, nos dijeron que aquel no era nuestro referéndum, sus hijos nos dicen ahora que ahorrarnos 19.000 millones de deuda es malo para “su” andalucismo.
También te puede interesar