14 de mayo 2024 - 00:00

A estas alturas del saqueo institucional que viene sufriendo Granada desde +43 años y de la feroz recentralización que padecemos, más intensa y veloz en los últimos tiempos, habría que preguntarse ¿por qué la andaluza Junta está procediendo a una brutal recentralización económica, administrativa y política respecto de Granada y no procede de igual forma con el resto de provincias andaluzas?

La respuesta a esta trascendental pregunta para nuestro presente y futuro sólo la tienen quienes gobiernan desde Sevilla, y habría que preguntarles qué motivación última tienen para ello ¿es que temen que Granada quite protagonismo a Sevilla? ¿Es que nuestros representantes de igual color político temen ser relegados si se plantan ante el gobierno andaluz?

Esta situación, que muchos llevamos denunciando desde hace años y que otros parece que acaban de descubrir –bienvenidos sean–, está generando gran preocupación entre los granadinos, ya que comporta cambios muy negativos para nuestra provincia y su desarrollo, con la pérdida de instituciones, históricas y recientes, fundamentales para el progreso de Granada.

Y esto no es quejío ni dolor granadino, es pura realidad, siendo la consecuencia más nefasta de esta recentralización la pérdida de autonomía de Granada en la gestión de sus propios recursos e intereses. En un pasado ya remoto, Granada tenía cierto grado de autonomía para tomar decisiones beneficiosas para los granadinos, que promovieran nuestro desarrollo económico y social, pero con la recentralización muchas de esas competencias han sido transferidas a la Junta andaluza, cercenando nuestra capacidad para tomar decisiones ajustadas a nuestras necesidades.

En poco tiempo nos han quitado la gestión de la Alhambra, de Cetursa, del Parque de las Ciencias, la EASP, nos postergan en el transporte ferroviario, en el aéreo, en todas las infraestructuras… en fin, el despojo implacable de lo nuestro y el abandono intencionado de Granada por parte de la autonomía andaluza son hechos objetivos que ahora padecemos más intensamente todavía.

Estamos hartos de que nos llamen quejicas, nuestros lamentos tienen fundamento real y manifiesto, y la feroz recentralización va a continuar mientras Granada no se rebele contra tanto agravio. Siendo un hecho que nuestros representantes nada o poco hacen por nuestra tierra.

Los granadinos debemos tomar democráticamente las riendas de Granada y su futuro para sacarla del vagón de cola al que nos ha llevado la andaluza Junta, revertir esta tendencia recentralizadora, recuperar la autonomía perdida y avanzar hacia una mayor autonomía para nuestra región, que nos garantice la gestión de nuestros propios intereses y nos encamine hacia un futuro más próspero. Mientras tanto, nos seguiremos preguntando ¿por qué nos despojan de todo? ¿por qué…?

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