Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
Cámara subjetiva
RAFAEL Guillén acaba de celebrar su 80 cumpleaños con un auténtico lujo: una preciosa edición titulada Balada en tres tiempos: para contrabajo y frases cotidianas. Son nueve poemas para tres tiempos: Hoy, Ayer y Mañana, acompañados de nueve partituras del músico Xavier Astor, que recoge un recital de los autores en la Casa Molino Ángel Ganivet.
Lujosa la edición, como decía, pero sencillos, quiero decir, sencillamente fascinantes estos poemas de Rafael Guillén, escritos a partir de frases cotidianas, de estas que repetimos inconscientemente. Poemas que nos reafirman en la idea de que la poesía está donde se la busca y no necesita de una fraseología exquisita para herirnos hasta lo más hondo de nosotros mismos. Exquisito es poder encontrar las fibras que nos mueven, que nos dan vida.
Y eso lo supo hacer siempre Rafael Guillén. Pero es curioso que el tiempo le haya ido dando este poso cada vez más vivo. No importan los años que se tengan, porque la poesía no tiene edad, sólo importan las ganas de vivir. Poesía, sin duda, es vida. Por eso tenemos que olvidarnos cada día de las mezquindades, las ajenas y las nuestras, para poder ahondar en los sentimientos y en la vida, poder escribir y poder vivir.
Hace ya mucho tiempo leí por primera vez algunos poemas de Rafael Guillén. Era un cuaderno de la colección Veleta al Sur: Pronuncio amor. Me aprendí varios de aquellos sonetos y aún me dan vueltas en la cabeza, porque la memoria dicen que no ocupa lugar y uno puede guardar y volver a arrancar de sus invisibles estantes las palabras y las cosas que más nos afectaron en el camino.
Los poemas de esta Balada están escritos en los lugares más diversos y exóticos, pues Rafael y su inseparable Nina, son viajeros empedernidos. Si la vida no se puede alargar, al menos la podemos ensanchar, suele repetir, entusiasta, el poeta.
"Me he sentado/ en la puerta del tiempo y no ha pasado el tiempo…", así comienza este Cuaderno que ahonda en el tiempo de la existencia, la diaria relación con uno mismo y con los demás, con las pasiones más fuertes y las dulzuras más sutiles, con los interrogantes que asedian nuestra vida.
Frases diarias del hoy: "A ver qué pasa"... Del ayer: "No te preocupes"… Del mañana: ¿Qué vamos a decirle cuando/ nos pregunte si es éste el sitio y si no hay más?/ ¿Qué vamos a decirle cuando/ nos pregunte si hemos llegado ya?"
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