El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Superioridad femenina
La medicina estética ha crecido en los últimos años de forma considerable y con ello el número de centros autorizados para ejercer esta disciplina. Concretamente, puede decirse que estos han aumentado un 30% en los últimos 3 años. El perfil del consumidor de medicina estética ha variado mucho en la última década, aumentando el número de pacientes tanto del sexo masculino como femenino. Según los datos extraídos de los últimos estudios, cinco de cada diez mujeres y dos de cada diez hombres son usuarios actuales de tratamientos estéticos. Hasta hace poco, los consumidores de estos tratamientos eran personas de edad mediana y de un alto poder adquisitivo, pero cada vez hay más jóvenes trabajadores o estudiantes de clase media que se someten a los distintos tratamientos para mejorar su aspecto o prevenir los signos del inexorable paso del tiempo. En cuanto a los médicos, un 15% más de facultativos elige formarse específicamente en medicina estética desde el año 2019. En total, unos 7.000 médicos han cursado un máster de medicina estética en nuestro país en 2023. Inyecciones de bótox y de ácido hialurónico en rostro, hilos tensores, cirugía de los párpados y de la papada, y otras cirugías más complejas como las liposucciones, que requieren pasar por el quirófano, son las técnicas más frecuentemente realizadas. La motivación obvia, por el que la mayor parte de hombres y mujeres deciden realizarse uno de estos tratamientos, es para mejorar su aspecto, algo indudablemente positivo; pues está demostrado que mejorar nuestra apariencia hace que aumente nuestra autoestima y cambie la forma de acercarnos al mundo tal y como lo concebimos hoy en día. Pero ¡cuidado! no caigamos en el error de pensar que una mejora física externa es sinónimo de buena salud. Es una falacia pensar que, por cuidar mi cuerpo por fuera, todo está bien. Del mismo modo que nos esforzamos en vernos ‘divinos’ frente al espejo y de cara a los demás, el esfuerzo tiene que ser igual o mayor para cuidarnos por dentro. De nada sirve eliminar las arrugas si no tenemos una alimentación sana, no hacemos ejercicio físico, no cuidamos mi tensión arterial, mi diabetes o mi colesterol o seguimos teniendo hábitos nocivos como el tabaquismo. No pensemos que inyectarnos bótox o hialurónico nos hará vivir más y mejor. Cuidar nuestros hábitos de vida y nuestra salud emocional, seguramente nos acercará más a la anhelada juventud que la medicina estética.
También te puede interesar
El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Superioridad femenina
La ciudad y los días
Carlos Colón
La Navidad en la obra de Dickens
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Retorno de Páramo
Bloguero de arrabal
Pablo Alcázar
Antequera bienmesabe
Lo último