El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Superioridad femenina
Las asociaciones de padres de enseñanza pública, privada y concertada celebramos 40 años colaborando en la misión de educar fuera y dentro de nuestras casas. Siempre fue necesario, pero hoy lo es más. Sindicatos, patronales, medios de comunicación, administración educativa, pero, sobretodo, padres. Porque suya siempre fue la misión de educar durante 24 horas. O, como dice el lema de nuestra onomástica, educación 24.0. Por desgracia, el Gobierno de la Nación nunca quiso entenderlo y dispuso un abanico social de estrategias políticas con que disipar diálogo y consenso.
En medio, nuestros hijos. Hijos que no entienden de ideología. Hijos que no entienden de partidos. A veces se beatifica la procedencia del centro educativo como justificación de desigualdades. Nada más lejos de la realidad. El sistema educativo sólo es reflejo de la sociedad en que vivimos, pero no justifica su demonización. Obvian el diálogo, la solidaridad para construir. Sólo planteamientos políticos y réditos electorales. Padres y familias reclamamos una Administración ejemplo de cohesión y comportamiento democrático. Políticos que sepan ceder hasta ideológicamente para que nazca un verdadero y legítimo pacto. Huérfanos de talantes democráticos, reivindicamos el momento de educar con el ejemplo. Y el papel de la administración educativa es clave como órgano de centralidad y debate colectivo que impone el equilibrio democrático.
Ese pacto debe plantear como límite evitar la imposición de un modelo cerrado de sociedad. Los acuerdos comportan equilibrios. Si queremos ampliar la universalización y gratuidad de la etapa escolar de cero a tres años, regular las redes sociales y la digitalización de los recursos, deberemos trabajar en un modelo y en una reconversión respetuosa y justa, consolidando valores de unidad que la crisis hace emerger. Y será necesario buscar también equilibrios en el reparto social de sus costes, sabiendo que un país sin educación nunca podrá crecer adecuadamente. No hace tanto escribía que poco margen de maniobra nos permite un presupuesto que ya emplea el setenta por ciento de su importe en gasto social. No será fácil. Los intereses son diversos. Los conflictos, bastante más complejos de lo que dibuja una imagen simplista de lucha entre arriba y abajo.
Concapa propone un sistema educativo que contemple la nueva relación familia y escuela como eje del desarrollo global y armónico de los niños. Es tarea compartida. La escuela debe aceptar la importancia de la relación entre docentes y padres, la necesidad de formar familias en las nuevas tareas educativas. Ser conscientes de que estos tiempos sólo conducen a una educación 24.0. Los hijos serán punto de encuentro. La familia, pieza clave para este nuevo sistema. Esperemos que no pasen otros cuarenta años para asimilarlo. Aunque cuarenta años, tampoco son nada…
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