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AURORA Luque, sin duda una de las poetas españolas contemporáneas más relevantes, acaba de publicar dos antologías de su poesía. O, para ser exactos, dos antologías de la poesía de Aurora Luque, seleccionadas y prologadas por poetas y críticos que no son Luque, han aparecido este año en dos editoriales muy prestigiosas: Pre-Textos y el Fondo de Cultura Económica.
La antología del FCE, Médula, preparada por el poeta y profesor Francisco Ruiz Noguera, tiene vocación canónica y propone reunir la poesía esencial de la escritora. Por otra parte, Fabricación de las islas. (Poesía y metapoesía), de Pre-Textos, seleccionada por la profesora Josefa Álvarez, es una antología de tesis, que busca recoger esa voz que medita y reflexiona en torno a la elaboración del poema y de la propia poesía. La de Álvarez es, además, una antología reivindicativa: se interesa por una reflexión metapoética particular, la femenina, en la que palabra y cuerpo se funden.
Tal vez porque Aurora Luque ha tenido la generosidad de pedirme compañía en este acto de presentación, he leído los dos libros de modo fragmentario; es decir: leía la Transitoria de Noguera y después la de Álvarez; luego volvía a los Camaradasde Ícaro de Noguera y me iba a los de Álvarez, y así. La experiencia me sorprendió. Eran libros distintos: si no me equivoco coinciden en menos de 10 poemas y hasta los inéditos son diferentes. Los dos eran, sin duda, Aurora: en ambas está, por ejemplo, siempre viva, la droga de Luque: Grecia, y aparece, por supuesto, una de las características distintivas de la poesía de Luque por la que alcanzó notoriedad cuando comenzó a escribir: no elegir entre culturalismo y experiencia, o elegirlos ambos. ¿Un gesto femenino? Acaso. ¿Por qué elegir entre dos cosas que nos gustan, quién puede obligarnos? Grecia y la cultura, y también el presente, la cotidianidad.
Pero no cabe duda de que la Aurora esencial no era exactamente como la Aurora otra. Aunque tampoco tengo claro cuál es la Aurora esencial y cuál la otra. Porque en Médula no falta metapoesía y en Fabricación de las islas muchos poemas son, también, esenciales.
Nosotros, lectores, tampoco tenemos que elegir: hay que tener ambas antologías si se quiere leer la Aurora completa, o casi: un poeta siempre se fuga por alguna grieta de la antología, como Teseo del laberinto.
Esto dije ayer en Granada, en la presentación de estos dos hermosos libros.
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