La Junta y sus ceses inexplicables

Lo de los ceses de espléndidos profesionales por parte de la Junta de Andalucía empieza a entrar en la categoría de fenómenos paranormales. Cuando aún no se han apagado los ecos de los inexplicables relevos de los directores de museos arqueológicos en media Andalucía, conocemos ahora el del coordinador provincial de Aguas, que está generando un profundo descontrol en la administración hidráulica provincial, amén de estupor e incredulidad en ayuntamientos, consorcios, mancomunidades, empresas suministradoras de la provincia y en general en todo el sector relacionado con el agua tanto en Granada como en el resto de Andalucía.

La delegada territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en Granada, Carmen Reyes Ruiz, cesó sin más explicaciones el pasado 13 de mayo, al hasta ahora coordinador provincial de Aguas, el ingeniero agrónomo, Enrique Martínez Aparicio, tras ocho años desempeñando este puesto en Granada y antes durante otros siete en la provincia de Jaén.

De la información aportada por ayuntamientos y por el sector del agua en la provincia de Granada se deriva una opinión unánime y generalizada sobre que el trabajo desarrollado por el hasta ahora coordinador provincial ha sido impecable, lo que se traduce en el impulso fundamental en materia de depuración tanto en el Área Metropolitana de Granada como en el resto de municipios de la provincia, con más de 140 actuaciones en marcha y con inversiones ejecutadas y por ejecutar superiores a los 166 millones de euros, según datos oficiales de la Delegación de Gobierno.

Pero es más, también son imputables al coordinador cesado dos obras fundamentales en la Costa Tropical, como son la estación potabilizadora de agua procedente del desglosado 9 de Rules, actualmente en obras y de la que podrán suministrarse todos los habitantes de la Costa, así como la nueva tubería de abastecimiento de Almuñecar. En suma, uno de los principales responsables de que Granada esté liderando las inversiones en infraestructuras hidraúlicas de Andalucía, con más de 200 millones.

Resulta difícilmente explicable la decisión de la delegada, máxime cuando estaba prevista la jubilación de este funcionario en solo unos meses, algo muy diferente a lo ocurrido en la vecina provincia de Málaga, donde el relevo del Comisario de Aguas, también por jubilación, se ha solapado con su sustituto durante un par de meses, para que el traspaso fuera lo más razonable posible.

Parecen sorprendentes este tipo de actuaciones en una provincia como la de Granada que pretendemos siga siendo líder en la inversión en materia hidráulica, máxime cuando el gobierno de Moreno Bonilla presume de que es precisamente el agua, uno de sus pilares fundamentales en esta legislatura.