Lorca: todos a una

Cualquier ciudad del mundo que contara con un patrimonio como el que supone García Lorca, pivotaría la casi totalidad de su actividad cultural y turística entorno a semejante figura. Ocurre en Salzburgo con Mozart, en Venezia con Tintoretto, en Barcelona con Gaudí, en la Ciudad de México con Diego Rivera, o en la británica Stratford-upon-Avo con Shakespeare… En Granada no, o al menos no hasta ahora.

Es verdaderamente paradójico que, aunque a los responsables institucionales de Granada, Andalucía y España, no se les caiga el nombre de Federico de la boca, 126 años después de su nacimiento y 88 años después de su asesinato, esta ciudad haya sido incapaz de articular una propuesta seria y rigurosa entorno a la figura del poeta más universal en lengua española. Que en Granada cueste la misma vida poder asistir a una representación teatral de Lorca, que no exista una ruta lorquiana por la ciudad que guíe los pasos de las decenas de miles de admiradores que llegan a la ciudad para acercarse a su memoria, o que el centro que lleva su nombre y custodia su legado, haya permanecido más de un lustro criando telarañas, es sencillamente de juzgado de guardia.

Por fin, antes de ayer, coincidiendo con el aniversario el nacimiento del poeta, las administraciones que conforman el consorcio que rige el Centro Lorca –Ministerio de Cultura, Junta, Diputación y Ayuntamiento de la ciudad–, firmaban el acuerdo por el que la fundación familiar se integra en este órgano rector, lo que además implica la cesión por 50 años del legado de Federico, que se guarda en una cámara acorazada de este espacio cultural.

Este acuerdo se alcanza seis años después de la llegada de los fondos a Granada y permitirá, si es que de verdad existe voluntad política, dar el impulso definitivo que necesita el Centro Lorca para convertirse en un referente cultural de referencia internacional. Tiene lo que otros matarían por tener, los fondos de un legado universal como es el de Federico, que si bien llegó a Granada en 2018, apenas si se ha podido poner en valor porque le ha faltado presupuesto y sobre todo determinación por parte de las instituciones.

Que este centro se convierta en el catalizador del universo Lorca, es fundamental para la ciudad, que debe demostrar si coloca a Federico en el lugar que merece, sobre todo en el marco de sus aspiraciones para convertirse en capital cultural europea en 2031.