De otro color
Juan Pablo Luque Martín
Vuelve la Navidad
Macarena Olona es como una de esas muñecas rusas –perdón por la comparación– y guarda dentro de ella muchas Macarenas Olonas. Es la dama de hierro cuando pone el pie en el Congreso, pero es cercana y tierna en el trato personal. La diputada de Vox por Granada pasa por ser la representante de la provincia más mediática en los más de 40 años de democracia y, sin ir más lejos, esta semana ha protagonizado la portada de La Razón con una foto a cinco columnas charlando con el ministro Ábalos, lo que algunos interpretaron como la imagen que confirmaba un pacto oculto entre Vox y el PSOE en la votación del decreto ley del Gobierno de coalición para la gestión de los fondos europeos. Pero lo cierto es que el ministro socialista le estaba dando el pésame por la reciente pérdida de una persona muy cercana.
Olona, que ha sido trendig topic estos días después de pedir el premio Nobel de la Paz para el expresidente de EEUU Donald Trump, defiende con vehemencia que no ha habido contactos previos ni con el PSOE “y mucho menos con Podemos”. También se defiende del editorial de ayer de El Español en el que se afirma que la abstención se debió a una equivocación porque pensaban que Cs también iba a tomar la misma postura y no se iban a quedar en solitario. “Ahora estamos con eso de que en Vox somos unos ignorantes y en mostrarnos como una caricatura, pero lo hicimos simplemente por nuestro deber con España y después de estudiar a fondo el decreto ley”, confirma la diputada por Granada.
“Nosotros tomamos las decisiones pensando en los españoles y no con la calculadora electoral, que es el modus operandi del resto de partidos del Congreso, por eso se han quedado atónitos”, señala diputada por Granada que también ha visto su nombre en la portada de El Mundo en una información sobre el presunto descontento de las bases con esta postura que ella atribuye a una campaña de desinformación del PP.
Eso sí, la diputada admite que el que fuera uno de sus esparrings favoritos durante la campaña de 2019 en Granada, el socialista José Antonio Montilla, está ejerciendo de manera notable su trabajo y guarda con él una “gran relación institucional” por “cómo facilita el trabajo al resto de partidos de la oposición”. Pero también niega que el actual secretario de Estado de Relaciones con las Cortes haya aprovechado la militancia granadina de ambos para buscar el apoyo de Vox. “No hay más que ver la cara que se le quedó a Carmen Calvo en las votaciones”, afirma.
De hecho, estos días sus dardos tienen como objetivo el PP y tiene una teoría de por qué votaron en contra: “Su gran pataleta es que querían que las comunidades autonómicas en las que gobiernan pudieran meter mano en los fondos”, dice rotunda. “Ha sido una canallada de PP y Cs porque anteponen sus intereses y ponen en peligro la supervivencia del país que necesita estos fondos para no entrar en una crisis de solvencia”. De paso, la diputada afirma que con esta decisión han evitado que el Gobierno tenga que negociar con ERC, lo que se hace siempre con la “chequera por delante”.
Este apoyo a la tramitación de los fondos europeos coincide con la foto de los portavoces de PSOE, Podemos-IU y Vox en el Ayuntamiento de Granada, que se han unido para forzar la negociación de un nuevo presupuesto. Sin embargo, Olona no cree que sean situaciones comparables. “La política local están en buena parte despojada de ideología y se centra en los problema del día a día de los ciudadanos, mientras que en Congreso es totalmente al revés”, señala mientras regresa en tren de un acto electoral de Vox en Tarragona para las elecciones a la Generalitat.
Macarena Olona, de paso, ha exigido esta misma semana al Gobierno un plan urgente para ayudar a los afectados por los terremotos porque entre su trabajo en el Congreso, sus constantes apariciones en las televisiones y la campaña catalana ejerce continuamente como diputada por Granada. Va terminando la conversación y el suelo de este redactor vuelve a temblar. Está entre dos terremotos, uno sísmico y otro político. El día de las elecciones en las que volvió a ganar el acta de diputada, confesó a un periodista que no había parado de poner lavadoras por los nervios. “Mi mujer igual”, le respondió el plumilla. “Pues ayúdala y levanta España”, le contestó.
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