Luis Chacón

Memorial de agravios

Quosque tamdem

'Pacta sunt servanda'. En ese aforismo romano se resume la razón última de la desafección granadina hacia Andalucía

01 de mayo 2017 - 02:34

Se ha conmemorado en estos días el XXV Aniversario de la Exposición Universal de Sevilla. Aquel evento que sirvió para celebrar la gesta del Descubrimiento y recordar cómo, tras rendir Granada, los Reyes Católicos firmaron con Cristóbal Colón las Capitulaciones de Santa Fe lo que le permitió zarpar del onubense puerto de Palos rumbo a América. Ante esa acumulación de hechos históricos a la sombra de la Giralda, parecía justa y lógica su celebración en Sevilla y la consecuente lluvia de millones que regó la ciudad. También se han organizado festejos varios para recordar que fue ese mismo año el que vio nacer en España los trenes de Alta Velocidad. Los mismos ferrocarriles que dicen algunos que están a punto de llegar aunque llevemos dos años sin ver ni un sólo tren y varios lustros esperando el AVE.

Por ahora, los que ya tenemos algunos años vamos rememorando, con más dolor que nostalgia, aquella época en la que Granada tenía Capitanía General o Audiencia Territorial y era sede obligada para las divisiones regionales de grandes empresas y organizaciones de todo tipo. No sé si en 2038 habrá alguien que se atreva a celebrar el XXV Aniversario del Milenio del Reino de Granada. Igual en la sección de Humor de algún periódico le dedican unas líneas o un chiste de mal gusto. No creo que nadie quiera acordarse de aquella charlotada, ni de tantas promesas incumplidas de la Junta de Andalucía con esta ciudad.

Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga. En ese viejo aforismo romano se resume la razón última de la desafección granadina hacia Andalucía. El asunto de las Salas del TSJA es una gota más en un vaso desde hace mucho desbordado. El tren, el metro, el tranvía o la autovía de la costa constituyen unos pocos capítulos a los que sigue un largo etcétera en el grueso Memorial de Agravios de esta ciudad que ha sido leal al compromiso fundacional de la Autonomía. Una ciudad cansada de que sólo una parte lo cumpla e indefensa ante el humillante vasallaje de sus representantes electos a intereses ajenos a Granada.

Cuentan que Alfonso XII preguntó al duque de Sesto quien formaba la comisión de la Nobleza de Andalucía que había acudido a cumplimentarle en Palacio. A lo que el castizo Pepe Alcañices contestó: "Caballeros de Granada, señores de Córdoba, señoritos de Sevilla y gente de Málaga". Y así, siglo y pico después los señoritos y hasta la gente se niegan a cumplir lo pactado.

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