¿Quo vadis, Granada?

01 de junio 2024 - 00:15

Créanme que no pretendo amargarles el Corpus con esta columna, pero el caso es que mientras estábamos entretenidos preparando las casetas, la Tarasca, o adornando nuestras calles para la procesión de ayer, han ocurrido algunas cosas que, sorprendentemente, parecen haber pasado desapercibidas para nuestros responsables políticos, de un lado y del otro, que son a quienes les pagamos generosamente para que esas cosas no ocurran, o al menos no de una forma tan descarada.

No suele ser el que suscribe muy proclive a aquello del quejío permanente, ni al agravio comparativo, ni tampoco un apóstol de aquello de “Sevilla, y ahora también Málaga, nos roba”, pero la realidad es tan tozuda y a veces tan escandalosa, que uno no puede por menos que alistarse en las filas de quienes denunciaron desde los albores de la autonomía que Granada ha sido y es la enorme perjudicada, en lo institucional, en lo cultural, en sus infraestructuras y sobre todo en lo económico. Les cuento la última.

Esta semana de feria en Granada nos ha dejado dos noticias que ilustran perfectamente lo que algunos consideran que es una auténtica ruptura del equilibrio territorial e institucional de Andalucía a favor de Sevilla y Málaga y en perjuicio del resto de provincias y muy especialmente de Granada.

Arrancamos conociendo el reparto de fondos de la Junta de Andalucía, presidida por el Hijo Adoptivo de la provincia, destinados a las universidades públicas de nuestra comunidad, según el cual, la de Granada, de largo la mejor y más importante universidad andaluza, recibirá una cantidad sustancialmente por debajo de la media, a pesar de que ninguna del resto de estas instituciones, se le puede comparar en cualquiera de los ranking nacionales e internacionales.

Al día siguiente el Consejo de Ministros, gobernado por el PSOE, aprobaba de una tacada obras para SE-40 y para el tramo entre Coria y Dos Hermanas, todas ellas en Sevilla, por un importe superior a los 625 millones, que para que se hagan ustedes una idea, es la misma cantidad de la que disponen juntos Ayuntamiento y Diputación de Granada para todo un año.

Ni los dirigentes provinciales del PP, ni del PSOE han dicho esta boca es mía, revelando así la escasísima relevancia que unos y otros tienen en sus respectivas formaciones a nivel nacional y andaluz y el encefalograma plano en que parecen instalados respecto a las necesidades y el futuro de Granada.

Claro que nuestros políticos no dejan de ser un reflejo de la sociedad granadina de la que todos formamos parte y cuya abulia y pasotismo es la principal responsable de que no pintemos un pimiento donde deberíamos.

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