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Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
El PP está reflexionando. Con el nuevo año, o antes, tendrá que comunicar a quién designa para aspirar a la alcaldía de Granada. O Rocío Díaz o Marifrán Carazo estarán esperando la decisión final. Ambas están preparadas (sobradamente) para afrontar el reto. Granada, en ambos casos, contará con una servidora pública para trabajar con capacidad y honestidad donde los votos la pongan, en la alcaldía o en la oposición.
El problema no es sencillo, ni para ellas mismas, que están cómodas en sus respectivos cargos y ejecutando bien su misión, según opina el electorado, su partido, y el sentir general.
Conozco poco a Marifrán pero lo suficiente como para saber que es una mujer agradable, cercana, competente, bastante eficiente y comprometida. En el caso de Rocío, puedo decir todo eso con más conocimiento. Y encima es divertida y cariñosa.
Sinceramente no es por quedar bien, pero puedo decir lo mismo del actual alcalde, Paco Cuenca, quien, además, está demostrando un compromiso firme con su ciudad por encima de otros intereses como los de su partido.
El PP ha fallado en su estrategia de atacarlo con el asunto de la fallida candidatura a la sede de la inteligencia artificial. Por primera vez Granada ha demostrado ir unida detrás de un proyecto de futuro, y por primera vez los actores de la propia res publica local ven en el actual momento una malagueñización de estrategias y, en parte, de liderazgo colectivo. Atacar a Cuenca en ese aspecto no ha gustado, me consta, en algunos ambientes empresariales vinculados a posicionamientos más a la derecha.
El PP debe acertar en su oposición, porque puede, porque tiene materia y porque debe. Pero debe acertar mejor en su tiro si no quiere fortalecer al objeto de sus críticas, como ha ocurrido.
El PP debe decidir a quién encarga la misión de encabezar la candidatura sin desmantelar, además, otros frentes que se consideran bien cubiertos: la Alhambra y la Junta.
Hablo de la Junta y no de la Consejería de Fomento porque Marifrán es la gran valedora de Granada en el gobierno de Juanma Moreno. En esa máquina, Marifrán es -desgraciadamente- el único combustible granadino. Cualquier decisión sobre el nombre tendrá consecuencias. En primer lugar, para ambas, que no quieren cambiar de oficio. En cualquier caso, suerte en la decisión.
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