José Torrente

'SpiriCojones'

La chauna

Ha logrado bajar al poder a pisar el barro de la calle y traerlo hacia la voluntad de quien es soberano: el pueblo

06 de diciembre 2016 - 04:40

Granada debería añadir un nuevo vocablo a su rico léxico popular. El anglicismo Spiriman tendría que sustituirse por el granadinísimo SpiriCojones tras ver el arrojo del médico de urgencias. Hemos estado muchos años en la media alta de ciudadanos tragando altanerías, imposiciones, ninguneos y mercachifleos de la política andaluza. Ya tenemos nuestro héroe. Heridos y por necesidad propia, hemos aprendido a tejer nuestra rabia con habilidad de encaje. Hemos empezado a bajar el nivel de sumisión acostumbrado, y pasar a convertir a Granada, gracias al doctor Candel y a todos sus colegas, en la heroína andaluza, en el espejo en el que se mira Andalucía para hacer frente al poder político, autonómico y hegemónico del PSOE, hoy de Susana Díaz, antes de Zarrías.

Desde que hemos resuelto la disyuntiva para dejar de ser personas hechas sólo para quejarnos, hemos aprendido a poner cauces y soluciones a esas quejas. Hasta el Granada CF se ha contagiado de ese agradable veneno de la inquietud, de fe en la decisión final, y nos ha brindado dos victorias consecutivas.

Es la influencia de SpiriCojones, que llega a todas las conciencias que aún quedan limpias, convirtiéndose en un gen que despierta las rabias más escondidas. También en contra, sin duda. Es lo que tienen los héroes, que crean filias y fobias al mismo ritmo, en cantidades inversas.

SpiriCojones es ese pincho que pincha la comodidad individual y destruye el confort habitual de la queja aislada, perpleja pero virtual, recitada entre caña y caña, entre café y copa, y la transforma en un camino eficaz, certero, real, compartido con la gente, que ha logrado bajar al poder desde el enmoquetado a pisar el barro de la calle y traerlo hacia la voluntad de quien es soberano: el pueblo.

El consejero Alonso ha rectificado y ya acepta a SpiriCojones como animal de negociación. Aquilino y Susana se han percatado de que Jesús Candel no es un agente encubierto, una flor marchitable de una única primavera, sino que se trata de un profesional leal y atrevido de su convicción, que ha logrado arrastrar a su deporte favorito, el granadinismo, a todos los ciudadanos que necesitaban ese balón en el campo, y marcar los goles que llevan tanto tiempo guardando en el banquillo.

SpiriCojones ha doblegado la soberbia del que se creía indestructible e inabordable, orientando la voz que antes no supo encauzarse mejor. Y ha añadido a ello la insistencia, esa capacidad de exigir sin pausa y con firmeza, para ser oídos por quienes se creen todopoderosos para hacer y deshacer porque tienen el poder, ejerciéndolo contra quienes se lo prestan. Que Graná es otra, con SpiriCojones, ni pollas. Y usted que lo lea.

stats