La esquina
José Aguilar
Un fiscal bajo sospecha
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EL penúltimo día del año las cajas de ahorro que recibieron ayuda del Estado difundieron a regañadientes (y por exigencia del Banco de España) los sueldos de sus directivos. La lectura resumida del listado produce la misma perplejidad que si tratáramos con marcianos. Permítame el lector que comparta mi consternación: El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, percibió este año 2,34 millones de euros; Adolf Todó, presidente de CatalunyaCaixa, entidad controlada por el Estado tras inyectarle 2.968 millones, cobra 1,55 millones; en NovaGalicia, que percibió 2.600 millones del FROB, el presidente José María Castellano cobró 884.790 euros; en Banca Cívica, su presidente Antonio Pulido tuvo una remuneración de 903.660 euros más 300.000 de pensión y, en fin, en el BMN, el banco de CajaGranada, su presidente (por Caja Murcia) cobró 456.000 euros, por debajo de otros colegas con menor tamaño. Ya en casa, el director de CajaGranada, Ramón Martín, cobró 477.000 euros; Antonio Jara, presidente, 278.000, y Luis González, vicepresidente 219.000.
¿Existe esta gente, son reales esos sueldos? A mi me parecen indecentes, todos. Es verdad que los 2,4 millones de Rato frente a los 219.000 euros de González (por citar al primero y al último) son incomparables, pero incomparables dentro de la misma categoría. Fuera de ella, en el mundo real, donde se desenvuelve esa mayoría de asalariados a quienes les van a crujir duramente con el IRPF, no hay medida posible. No vale confundir. A primeros de noviembre Antonio Jara sorprendió a los asistentes una reunión rutinaria con la siguiente frase: "Aquí algunos , aún se permiten lujos de indemnizaciones que no son tolerables en una sociedad bien organizada". ¿Bajo qué patrón son intolerables? ¿Bajo el patrón de los que cobran 278.000 euros anuales o de lo que lamentan la congelación del salario mínimo? ¿A partir de cuánto un sueldo, no ya una indemnización, es intolerable?
Pero no nos dejemos llevar por delirios cuantitativos. Centrémonos en las determinaciones, digamos, cualitativas. Uno: La crisis, la nuestra, es una crisis de mercados, es decir, causada por bancos y especuladores. Dos: no sólo nos han abocado a la ruina sino que el Estado ha pagado sus deudas. Tres: si son los apóstoles del libre mercado ¿por qué aceptan la ayuda estatal? Ayer el Gobierno anunció que ha pedido al Banco de España un informe que explique los sueldos de todos los directivos de la banca española a la vista de la "inquietud y rechazo social" que han levantado. ¿Qué tipo de explicaciones caben que no sean más que pretextos?
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