Érase una vez
Agustín Martínez
Presupuestos?‘destroyer’ para Granada
Iniciamos una vez más el año con importantes retos en el campo de la salud. Con una Atención Primaria no recuperada tras el colapso de la pandemia y con una media de espera de más de una semana para una cita con el médico de cabecera, es prioritario restablecer la accesibilidad de la población a la atención médica más inmediata, que es la Primaria. Por otra parte, el incumplimiento del tiempo fijado por decreto en las listas de espera quirúrgicas y de consultas especializadas, ya se ha cobrado la primera víctima: el gerente del Servicio Andaluz de Salud que recientemente ha tenido que dimitir. Todo ello con una alarmante falta de personal facultativo, sobre todo para cubrir plazas de primaria. Se añade el condicionante de una reivindicación de la Enfermería de nuestro país, que, en base a la nueva titulación de grado, pide la reclasificación de su categoría y su ascenso al grupo A1, lo que ha supuesto la correspondiente demanda de médicos para pertenecer a un nuevo grupo A1 plus. Ello supone un reconocimiento de méritos, pero también del grado de remuneración, lo que significaría el aumento de los costes del salario de médicos y enfermeros/as, algo de lo que la administración sanitaria pública “no quiere ni oír hablar” y no precisamente porque estas categorías estén bien pagadas en nuestro país; más bien al contrario, sino porque esto descabala los presupuestos (los correspondientes al capítulo 1). Esta actitud de la administración no hace otra cosa que acentuar la fuga de médicos y enfermeros/as a otros países en los que nuestros profesionales están muy valorados y consecuentemente mucho mejor pagados que en España. Por si faltaba poco, además los médicos con ejercicio privado empiezan a plantar cara a la dictadura de las compañías aseguradoras, que con beneficios récords siguen imponiendo unos baremos por acto médico vergonzosos y que además llevan sin actualizar más de 30 años. Esta situación empobrece a los médicos con ejercicio libre, obligándoles a asistir diariamente a una cantidad excesiva de pacientes en detrimento de la calidad asistencial que les ofrecen. Esta será sin duda una ardua batalla, pero si se consigue la unión los médicos (algo difícil), se podría corregir esta anomalía en el ejercicio de la medicina con respecto al resto de Europa. En definitiva, difícil panorama en Salud para un 2024 ante el que, no obstante, yo me muestro optimista. ¡Feliz año!
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