Trato digno y respetuoso

Los sanitarios hemos de dar ejemplo poniendo una buena dosis de amor en el cuidado del paciente

12 de noviembre 2023 - 00:15

Mi profesión es fascinante. Por una parte, te permite conocer a multitud de gente y por otra apreciar desde la cercanía de la persona enferma, la extraordinaria fragilidad del ser humano. También tiene otros inconvenientes, y es que te hace receptor de las quejas de la población acerca del sistema sanitario, aunque uno no tenga nada que ver con el caso concreto en cuestión. Sin embargo, en los últimos meses, algunos amigos y allegados se han quejado de una manera repetida, del trato recibido por sus familiares en varios centros sanitarios de nuestra ciudad. Por supuesto yo siempre defiendo el trabajo de los profesionales de la salud, tanto en los centros públicos, como en los privados y huyo de aquellos que tratan de generalizar en base a una mala experiencia aislada. Siempre hemos de tener en cuenta la versión de la otra parte antes de emitir cualquier juicio de valor acerca de un trato inadecuado de cualquier profesional sanitario. Entiendo que la sobrecarga asistencial puede influir para que en algún momento podamos tener algún mal gesto o una palabra inadecuada en el desempeño de nuestra labor asistencial. No obstante, creo que este trabajo tiene una serie de condicionantes que lo hacen muy especial. Trabajar con personas en situación de fragilidad y por tanto de inferioridad, hace que los sanitarios debamos ser especialmente cuidadosos al tratar a nuestros pacientes. Recuerdo un texto de Paracelso que dice “El grado supremo de la Medicina es el amor. El amor es lo que guía el arte y fuera de él nadie puede ser llamado médico”. Con este axioma tan revelador la sensibilidad, la paciencia, el respeto y el cariño deben guiar nuestra actitud en cualquier cuidado que dispensemos a una persona enferma. En estos tiempos se habla mucho de “la humanización de la Medicina”, tras la consecución de una serie de mejoras en nuestros centros sanitaros para que pacientes y familiares se sientan como si estuvieran en casa. Pero el trato humano y respetuoso, que dispensa el personal sanitario, creo que debe ser el principal elemento de humanización; y somos los profesionales sanitarios, los que día a día hemos de dar ejemplo poniendo una buena dosis de amor en el cuidado del paciente. Nada puede alejarnos de ese objetivo, que es lo mínimo que debe exigirse a todo aquel que trabaja con un material tan sensible como la salud y el bienestar del ser humano.

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