Envío
Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
La ciudad y los días
Entre fascismo y antifascismo no hay neutralidad". Lo ha dicho un Gabilondo cada vez más perdido de sí mismo. La estrategia 1934/1936 del PSOE sigue adelante y el ex moderado profesor la asume con entusiasmo. Se trata de convencer al electorado madrileño de que solo hay dos opciones: votar al PSOE y sus nuevos mejores amigos de la extrema izquierda populista o al fascismo. Representado por un PP que según Marlaska es "una organización criminal" y según el BOE, el responsable de un "sistemático desmantelamiento de las libertades". Como si por la calle de Alcalá desfilaran camisas azules ondeando yugos y flechas. Los madrileños que no le voten ya saben lo que son: fascistas. No hay término medio. No hay opciones. Gabilondo o fascismo.
En su frenesí Gabilondo ni siquiera tiene en cuenta la realidad histórica. Insulta con su frase a los actuales votantes del PP, pero también a muchos antifascistas que no fueron ni socialistas ni comunistas. ¿Ha leído este hombre a Manuel Chaves Nogales? Ni tan siquiera en los años 30 el socialismo y el comunismo fueron las únicas fuerzas que se enfrentaron al fascismo. Baste recordar a Inglaterra, no casualmente el país en el que Chaves buscó refugio para seguir luchando, resistiendo sola tras la caída de Francia.
¿Que entre fascismo y antifascismo no puede haber neutralidad? Que se lo pregunte a su nuevo amigo Pablo y a su mini yo Garzón. Sí la hubo. Y comunista. Entre agosto de 1939 y junio de 1941 los comunistas, en virtud del pacto Molotov-Ribbentrop, fueron neutrales permitiendo que los nazis devoraran Europa. Y no solo los soviéticos. Aquel agosto del 39 L'Humanité publicó que "el pacto de no agresión entre la Unión Soviética y Alemania reafirma la paz" y Thorez, jefe del PCF, tras desertar del ejército francés para irse a Moscú, anunció "un pacto de amistad franco-soviético que sea el complemento del germano-soviético". El PCF no se sumó oficialmente a la resistencia hasta la ruptura unilateral -lo rompió Hitler, no Stalin- del pacto nazi-soviético en junio de 1941. Después, solo después, lucharon heroicamente contra el nazismo.
Ni siquiera entonces, señor Gabilondo, el antifascismo fue patrimonio exclusivo de la izquierda. Churchill y De Gaulle -antinazis desde la primera hora-eran conservadores. En cuanto a lo de trasladar la lucha contra el fascismo al Madrid de hoy es grotesco, si no canallesco.
También te puede interesar
Envío
Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Lo último