Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Sobre la inmigración
Algún día pediré daños y perjuicios al PSOE por alejarme de mi hobby: la Literatura que, imprudente como el poeta Pessoa, considero, “la única verdad”. Tenía pensado escribir mi articulillo semanal sobre la plétora de poetas que publican actualmente; e, incluso, se me había ocurrido una frase que, en el duermevela de la madrugada, me pareció brillante. Luego, cuando despiertas, si la has anotado, te puede parecer hasta una solemne tontería. El caso es que en la libretilla que tengo en la mesita de noche, al levantarme, me he encontrado esta frase escrita a lápiz con letra onírica: “La poesía se nutre de la nostalgia que sienten los poetas de esa época del mundo en que estaba todo por nombrar, en la que Dios encargó a Adán que etiquetara las cosas que él había creado; cuando la página de la creación era un goloso folio en blanco”. En otra hoja había escrito que a los poetas les hubiera gustado estar sentados, en modo Adán, a la diestra del Padre para ayudarle a pegar post-it a las cosas, conforme iban saliendo de la factoría divina. Pensaba yo trabajar este farragoso material metapoético y dejarlo un poquito menos abstruso. Pero me distraje al leer en la misma libretilla algo que había anotado sobre los ‘líos’ del PSOE. La culpa es de mi insomnio y de las emisoras de radio que durante toda la noche no habían dejado de informar del tsunami judicial que azota al Gobierno y de las leyes ad hoc con las que el partido en el poder pretende blindarse del embrollo en el que está metido. No me resisto a transcribir lo escrito y a dejar a los lectores que juzguen si mi estado mental se está viendo afectado por este aquelarre de la trapisonda. La primera dice: “Los fiscales además de ser imparciales, deben parecerlo”. O, esta otra: “La corrupción del PSOE no es generalizada, pero a mí ya no me alcanza la memoria para retener el nombre de tanto golfo. ¡Y mira que me aprendí de coro los nombres de los reyes godos, desde Ataúlfo hasta don Rodrigo!”. La que viene a continuación, no me la tengan en cuenta, la escribiría vencido por el sueño: “Vamos a tener que meter la patria debajo del colchón para que no nos la roben”. ¡‘Foh, compae’!, la última de todas la tuve que escribir zombi bajo los efectos de la valeriana: “El PSOE, motor de la transpurulencia”. Neologismo este, que no le suena ni al chatGPT.
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