
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Fundido ibérico
Como si los granadinos no tuviéramos ya bastante con la ocurrencia del idioma andalú, la bandera verdiblanca y Blas Infante, ahora Adelante Andalucía planea instalar un busto del susodicho en la emblemática Plaza de la Universidad de Granada, con la excusa de que el falso padre de la falsa patria andaluza estudió Derecho en nuestra ciudad y fue, dicen, una “figura clave del andalucismo en la lucha que desembocó en la proclamación del Estatuto de Autonomía de Andalucía el 28 de febrero”, porque, añaden, “la identidad de un pueblo es su memoria histórica, y el Ayuntamiento de Granada debe poner en valor que el padre de la autonomía estudió en la Universidad”.
O sea que, como consecuencia de un adoctrinamiento falsario que llevamos padeciendo 45 años, ahora estos políticos de extrema izquierda nos quieren encasquetar un busto del padre fake, argumentando un remix nacional-andalucista mezclado con el Reino de Granada y Al-Ándalus. Y encima quitando la maltrecha estatua de Carlos V –a ver si la restauran ya de una vez, tras casi 30 años mutilada–, fundador de la Universidad de Granada, que fue rey, que es más que infante... Debe ser una broma de mal gusto…
Proponen además, como parte del adoctrinamiento en una memoria histórica ficticia, que Granada se sume a la “Ruta de Blas Infante”, que reúne a municipios significativos en la vida de ese señor y en el andalucismo histérico, que no histórico, porque ni existe ni ha existido nunca ese inventado sentimiento nacional-andaluz. Debe ser otra broma…
Parece una inocentada del 28-D en el 28-F, que también es por sí mismo una broma pesada, y muy pesada, porque llevamos ya cuarenta y cinco 28-Fs desde aquel pucherazo del referéndum fake.
Es significativo que en Granada, en 45 años de relato inventado, nadie se haya preocupado porque aquí haya un busto del padre fake. Lo que demuestra que en Granada, a pesar del martilleo continuo, no ha calado tanto artificio e invención. Y no es solo por la postergación y el abandono al que nos somete el régimen andaluz, es también porque aquí ni se siente ese nacionalismo inventado ni se siente tampoco a su ficticio gurú.
En Granada, imponernos al Infante sería imponernos un busto de muy mal gusto…
También te puede interesar
Lo último