Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
EL pasado domingo, en la presentación de mi candidatura, llamé a la rebelión a la gente de los barrios para apostar definitivamente por el futuro de nuestra ciudad. Una rebelión colectiva también, y durante los 365 días del año, para rechazar la violencia machista de forma conjunta.
La muerte de tantas mujeres (63 en lo que va de año), de algunos de sus hijos, asesinados por sus progenitores, produce en mí la mayor de las repugnancias, como imagino que le sucede a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de esta ciudad.
Desde el ámbito local debemos prestar especial atención a las mujeres víctimas de la violencia machista. Es necesario que nuestro Ayuntamiento dé un nuevo impulso al Centro de Atención a la Mujer y al Programa Municipal contra la Violencia de Género.
Y todo ello, conscientes de que nos enfrentamos a un problema que va más allá de nuestras fronteras. Las estimaciones en todo el mundo provocan una congoja total: Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia; una violencia que pasa por el abuso, el maltrato, la violación, etc.
Se trata de verdaderos atentados contra los derechos humanos, ni más ni menos. Por eso las Naciones Unidas declararon el día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Afortunadamente, contamos con un desarrollo normativo que ofrece un apoyo colectivo a las mujeres que han sufrido violencia machista, pero las leyes, por sí solas, no van a erradicar este problema social. Además, debe hacerse todavía un esfuerzo entre los diferentes ámbitos de la Administración del Estado para que la atención a las mujeres víctimas de la violencia de género cuente con los mejores medios y la atención profesionalizada que necesitan.
Pero junto a esta medidas, necesitamos otras que fomenten la igualdad entre hombres y mujeres, donde la educación sea un eje fundamental para prevenir y para transformar las lógicas del poder, para combatir la desigualdad por cuestiones de género porque son, sencilla y claramente, injustas, insoportables e insostenibles para una sociedad democrática y libre.
La cobertura legal, asistencial, el apoyo profesionalizado es un deber de la sociedad en su conjunto y es obligación de todos reparar los daños ocasionados a esas mujeres y a sus hijos.
Granada debe impulsar de forma decidida un Plan Estratégico Municipal para la Igualdad entre hombres y mujeres, porque Granada, sus representantes públicos, la sociedad en suma, debe poner su grano de arena para que tenga éxito la transformación global que debemos afrontar. Apostar por una ciudad educadora es algo más que un cúmulo de acciones educativas. Se trata de utilizar la política para hacer plaza pública, para repensar una ciudad que apueste por la igualdad con el fin de que cada cual pueda desarrollar su vida en libertad.
Quiero aprovechar esta tribuna para alentar a todos los granadinos y a todas la granadinas a participar en los actos que realiza la Plataforma 25 de Noviembre Contra la Violencia hacia las Mujeres, de Granada. Su labor es nuestra labor, su voz debe ser la voz que llegue a todos los rincones de nuestra ciudad.
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