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Ignacio F. Garmendia
Todo lo que era sagrado
El balcón
El martes asistimos en Málaga a un viaje constitucional en el tiempo: la Constitución de 1978, el levantamiento de Torrijos en 1831 para defender la de Cádiz, la Constitución norteamericana de 1787 y la ley de ciudadanía que el emperador romano Domiciano concedió a Málaga. Ahora que los líderes políticos no se saludan en la celebración del 6 de diciembre, la Universidad nos brindó un emocionante regreso al futuro en la investidura como honoris causa de los dos ponentes vivos, Miquel Roca y Miguel Herrero.
El decano de Derecho, Juan José Hinojosa, recordó que los 169 artículos de la Constitución aprobada hace 46 años no fueron un punto y aparte, sino un punto de inicio. El escritor Sergi Pàmies ha escrito estos días que “vivimos una fase de peleas por su custodia, no tanto para protegerla como para que no pueda reformarse”. El padrino de los nuevos doctores de Málaga, el catedrático de Constitucional Ángel Rodríguez equiparó en épica el cuadro del fusilamiento del general Torrijos y sus 48 compañeros en la playa de la Misericordia de Málaga en 1831 con la foto de los siete ponentes de la Constitución de 1978. Torrijos, Roca y Herrero tienen 38 años en las dos imágenes.
El profesor Rodríguez contó una anécdota atribuida a uno de los padres fundadores de Estados Unidos, Benjamin Franklin. Una señora se acercó para preguntarle si la constitución adoptada en la Convención de Filadelfia era una monarquía o una república. Y él le contestó: “Una república, si usted sabe conservarla”. El catedrático se imaginó a sí mismo con 18 años haciendo la misma pregunta a Roca Junyent en el 78. (Herrero no acudió por enfermedad). Y la respuesta simbólica habría sido: “Una democracia, muchacho, si sabes conservarla”.
En su discurso, Roca fue más lejos en el tiempo. Al año 74, cuando Málaga pidió al emperador Vespasiano el estatuto de ciudadanía que otorgó su hijo, años más tarde. La Lex Flavia Malacitana fue explicada como una democracia municipal por el doctor Roca Junyent, honoris causa ya por ocho universidades, entre ellas Cádiz. “Todo lo que transigimos y acordamos valió la pena y sigue valiendo la pena”. Presente estaba otro constituyente de la época del consenso, el alcalde Málaga Francisco de la Torre. En la España a garrotazos actual quizá haya más antimonárquicos y antirrepublicanos que republicanos o monárquicos. Pero una inmensa mayoría quiere una democracia, derechos y libertades, bienestar y progreso.
Es lo que hay que conservar. Vale la pena.
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