Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Dónde están mis cuatro euros?
El lanzador de cuchillos
Primera. En relación con la situación de Venezuela, escucho algunas voces y, sobre todo, algunos ominosos silencios, y me pregunto por qué los habituales abajofirmantes de manifiestos a favor de “iniciativas democráticas y políticas de progreso” suelen apoyar regímenes que pisotean la democracia y arruinan a sus países.
SEGUNDA. Lo que se pide de un líder social o político no es que sea igual que la ciudadanía, sino mejor. Y Felipe VI lo es. Mejor que la media de los españoles. Por supuesto, mucho mejor que cualquier diputado o senador de nuestras Cortes. Según las encuestas, el representante institucional más serio y respetado. Curioso: el único al que no hemos votado.
TERCERA. Mensaje para Pedro y los comentaristas de la actualidad política: Lamborghini se pronuncia lamborguini, no lamboryini. Y ya, de paso, para locutores deportivos y plumillas del Marca: en Italia nunca nadie ha llamado la Fiore a la Fiorentina. Jamás.
CUARTA. Rufián dando lecciones morales al resto de los españoles a cuenta de Lamine Yamal, mientras que su partido se niega a que Cataluña reciba menores inmigrantes. Por decirlo con Bécquer, que era un andaluz de los que despreciaba la fascista, corrupta y meapilas Marta Ferrusola: ¿Qué es racismo? ¿Y tú me lo preguntas? Racismo, rufián, farsante, eres tú.
QUINTA. El socialista Salvador Illa, en la Cadena SER: “No se puede tratar igual a los diferentes”. Los diferentes son los catalanes, claro. En realidad, quiere decir que tú, albañil, comerciante o ingeniero del sur de Despeñaperros, eres una reverenda mierda comparado con tus colegas criados a los pechos de Wifredo el Velloso. Y que no te lo gastes todo en el bar porque tienes que pagar la fiesta que les ha organizado Sánchez.
SEXTA. En la España que nos están (des)montando un tipo como Nadal es una bendita anomalía. El otro día lo disfruté en el primer programa de la nueva temporada de El Hormiguero, otro reducto de creatividad, tesón y excelencia. Por eso, Motos y Nadal suelen compartir haters.
SÉPTIMA. Si en la Olimpiada vibraste con el 3x3 de Las Mosqueteras o el fútbol de La Rojita, te dolieron las derrotas de La Familia y de Las Guerreras o madrugaste para ver jugar a las Redsticks, probablemente pertenezcas al grotesco grupo humano de Los Hispanos.
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