Notas al margen
David Fernández
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Ahora al verano de toda la vida le llaman “olas de calor” y al invierno “olas de frío”. Supongo que para los meteorólogos es lo normal, pero los profanos en la materia nos quedamos con los conceptos de toda la vida.
Esto, en realidad, forma parte del extraño vocabulario meteorológico dominado por ciclogénesis explosivas, DANAS, super células, carruseles de temperaturas, despegues térmicos, anomalías frías/cálidas, fenómenos costeros, reventones cálidos, trenes de borrascas… en fin, a lo que toda la vida hemos llamado verano, invierno, otoño, primavera, frío, calor, lluvia, nieve, viento, temporal, ahora les llaman de estas formas tan rimbombantes y sofisticadas.
Hemos pues de acostumbrarnos a esta moda claramente influenciada por la dictadura del cambio climático, porque cualquiera que dude mínimamente del cambio climático, de que las vacas son tremendamente nocivas para el Planeta o de que Europa es la causante de todos los males de la Tierra, es considerado negacionista del clima y equiparado a nazis, fascistas y ultras radicales. Desgraciadamente esta es la nueva ideología del clima, fanática y discriminatoria para todo el que discrepe, por más que seamos medioambientalistas convencidos y pongamos nuestro granito de arena reciclando, mientras estos ideólogos extremos olvidan que China, EEUU, India y Japón lideran por este orden las emisiones de CO2 en la Tierra.
Sentado pues este extraño panorama ideológico-climático –¿han reparado en que cada vez más frecuentemente el color del calor más extremo, el morado, se pone en los mapas para temperaturas más bajas?–, ahora es momento de pensar en las vacaciones de verano e intentar abstraernos de los colores extremos del mapa de España, del trabajo, la política y los problemas del día a día.
Nadie duda que el tiempo está loco, pero tampoco de que vivimos tiempos bastante locos ¿O es que vivimos en una España sin polarización o en una Granada puntera, a la cabeza en instituciones, emprendimiento, infraestructuras, ferrocarriles… gracias a unos políticos completamente entregados a defender nuestra tierra por encima de todo?
Como es momento de vacaciones, de descansar, tumbarse al sol y disfrutar, no piensen en cómo está el patio a nivel nacional/provincial/local, y tengan la precaución de ponerse sombrero/gorra/pamela, porque, si les da mucho el sol en la cabeza, corren el riesgo de que se les caliente el cerebro y perciban como cierta una “falsa feliz realidad española/granadina” y no se percaten del independentismo, la confrontación, o la postergación que sufrimos en Granada desde hace +43 años.
En fin, descansen este verano y desconecten lo que puedan de tanta crispación/polarización, porque descansar de este panorama político es imprescindible para nuestra salud. Felices vacaciones.
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