A la desesperada

Alto y claro

09 de enero 2025 - 03:06

Desde que en el ya lejano 2018 la irrupción de Vox propició la carambola que terminó echando a los socialistas de la Junta y que llevó a Juanma Moreno al Palacio de San Telmo, María Jesús Montero ha sido siempre la opción que más deseada en el PSOE andaluz. Pero eso importaba poco. Pedro Sánchez no estaba por la labor de desprenderse de una colaboradora de fidelidad y entusiasmo inquebrantables, que le resolvía problemas de envergadura en Madrid. La propia Montero, por su parte, ofrecía una resistencia férrea a ser desembarcada en Sevilla. No es una especulación. Nunca ocultó que catadas las mieles de la política capitalina lo de bajar –como dicen los madrileños– para presentar batalla a Moreno le daba una pereza infinita. Es, por lo tanto, Montero una candidata a la fuerza y a la desesperada. A la fuerza porque hubiera preferido que pasara de ella este cáliz. A la desesperada, porque el socialismo andaluz está en encefalograma plano y con respiración asistida y sólo un revulsivo de esta categoría puede devolverlo a la vida. Aunque eso es algo que todavía está por ver.

El dedazo de Sánchez, no muy diferente al que en su día levantó Rajoy para colocar a Juanma Moreno, supondrá, antes o después, el final de la aventura madrileña de María Jesús Montero. La doble gorra de ministra de Hacienda y de encargada de minar el poder casi absoluto del PP andaluz va a ser difícil de llevar. ¿Cómo se defiende la financiación privilegiada para Cataluña en una Andalucía que sufre un maltrato financiero que la ministra no ha sido capaz de enmendar en los últimos seis años? ¿Va a denunciar ante sí misma esta discriminación o el hecho de que las principales infraestructuras de la región lleven décadas abandonadas por el Gobierno central?

No lo tiene fácil María Jesús Montero en el reto que ahora se le pone por delante. Aunque ya demostró en su vida anterior en Andalucía que tiene una enorme habilidad para escaparse de los charcos y aguantar en situaciones adversas, llevar a la espalda la mochila de Pedro Sánchez es un peso que puede terminar aplastándola.

Pero este análisis estaría incompleto si no se anota también que, a partir de ahora, Juanma Moreno tiene un problema. Con Montero, aunque esté ausente del Parlamento, se han acabado los tiempos de la oposición flojita y casi irrelevante que ha sido la carta de presentación de Juan Espadas. Ahora va a haber ruido. No le va a venir mal a la política andaluza que se muevan un poco sus estancadas aguas.

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