Dotes adivinatorias en el Parque de las Ciencias

28 de marzo 2025 - 15:27

Cuenta la leyenda que no hace mucho tiempo existía en la capital del reino Nazarí una ínsula, conocida como Parque de las Ciencias, en la que todas las decisiones se tomaban por consenso, donde todas las nuevas que hablaban sobre él eran laudatorias y que se convirtió en un elemento fundamental para la autoestima de un reino venido a menos, ninguneado por los poderosos que siempre lo miraron con una indisimulada ojeriza.

Con el correr del tiempo aquella ínsula sin mácula fue objeto de un asalto en toda regla, quizás por la celotipia despertada por su éxito, quizás por la envidia de otros reinos cercanos acostumbrados a conseguir fama y honores en base a generosos talonarios. El caso es que, poco a poco, la gobernanza de aquel ejemplar espacio fue convirtiéndose en una ciénaga de la que solo emanaban gases tóxicos y veneno, mucho veneno, para quienes no hacía tanto tiempo, habían conseguido acrecentar la fama y honores de aquel lugar.

Así podríamos continuar acumulando páginas y páginas de desafueros contra una institución como el Parque de las Ciencias, a la que la prepotencia, el clientelismo y la mediocridad de sus gobernantes, están sometiendo a uno de los procesos de deterioro más vergonzosos que se recuerdan. De un tiempo a esta parte las noticias relacionadas con este espacio, que otrora siempre eran buenas, se han convertido en una auténtica pesadilla. Si una es mala, la siguiente es peor y su crisis reputacional será muy difícil de recuperar .

El último y vergonzante episodio protagonizado por los dirigentes del Parque, ha sido la impugnación del proceso de selección del nuevo director, por posible parcialidad del tribunal, en el que por cierto, no se sienta ni un solo especialista en divulgación científica, ni en equipamientos museísticos, algo verdaderamente notable.

Dicen las malas lenguas que el puesto de director estaba absolutamente decidido, antes de publicar unas bases que no dejan de ser un traje a medida del otrora responsable del museo de la cervecera Estrella Galicia. Como no será de escandaloso el asunto que el “candidato”, quizás imbuido por la “magia” de la ínsula que pretende gobernar, llegó a presentar su solicitud... ¡Un día antes de que se abriera el plazo de la convocatoria!. Esas dotes adivinatorias del inminente director, deberían computarse como méritos, muy por encima del B2 de inglés, o de experiencia en puestos similares, ya que de mantener tan singular capacidad, el próximo responsable del parque podría acertar una primitiva tras otra y solventar así el descalabro económico en que la Junta ha sumido al Parque. Tiempo al tiempo.

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