La esquina
José Aguilar
Un fiscal bajo sospecha
Conocemos que el flautista del cuento resolvió el problema llevándose a los ratones de la ciudad y ahogándolos en algún lugar o puede que despeñándolos por algún acantilado o quizás arronjándolos en una profunda sima. El caso era hacer desaparecer a los causantes de todos los problemas. Y hasta ahí el cuento más popular.
Me imagino yo al flautista Sánchez tocando una melodía en la que las notas de corcheas y semicorcheas, blancas y negras, no son otra cosa que billetes de euro y cajas recaudadoras de impuestos. Y con tan agradable melodía, tan irresistible para las ratas independentistas, es una metáfora, que éstas le siguen y no temen lanzarse al abismo y olvidar su camino hacia la independencia. Una vez más el flautista mágico de La Moncloa hace un encantamiento singular y colorín colorado el cuento tiene feliz final. Además, con variaciones sobre el mismo tema, el flautista y su hada madrina, la hooligan número uno del flautista, ministra (con minúsculas) de Hacienda, están ensayando otro cuento musical para atraer a otras ratas, estas de derecha o ultraderecha, me permito otra metáfora, para que también le sigan y, de una en una, se despeñen por el camino del aquí hay dinero para todos y no hay que preocuparse por y de nada. Puede que antes tengan que salvar los maleficios de la bruja de las siete estrellas.
Empero este cuento del flautista tiene un final menos conocido y que no se narra a los niños y niñas para no crearles traumas, que luego pasa lo que pasa y nos salen maltratadores o asesinos en serie. Al flautista original parece que no le pagaron por sus servicios y, en venganza, volvió a coger la flauta y se llevó a los niños de la ciudad y los ahogó o despeñó lo mismo que a las ratas.
Llegados a este punto no tengo muy claro si la metáfora se le puede aplicar a los niños y niñas futuros votantes o de forma más inminente puede que los que terminen ahogados o despeñados sean todos los dirigentes socialistas que van a ser convocados al orden en el próximo congreso federal y a los que se les pedirá que sigan bailando, tomados de la mano, la sardana que el president, el PSC, ERC y su solidaridad catalana nos tienen preparada. Luego seremos todos los españoles y españolas que pagamos impuestos los que bailaremos al son de las melodías del flautista de La Moncloa. Vale.
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