La fragua amoral de las leyes

15 de enero 2025 - 03:06

Dejó escrito Diderot (1713-1784) –Principes de politique des souverains– que “Toda dispensa es una infracción de la ley y todo privilegio es un atentado contra la libertad general”. Este principio moral de la legislación y del modo de gobierno, expresado con tanta crudeza como realismo por el filósofo enciclopedista francés, viene a situar a los pies de los caballos el estilo, el modo tan parcial de gobierno que ejerce el actual presidente del ejecutivo en nuestro país. La regresión en las formas y la digresión en el transcurso de la reciente historia democrática de España se ven, reiterativamente en el ejercicio del poder ejecutivo que, tozudamente lo desean hacer campar, ilegítimamente, por los campos de la legislación y/o de la justicia, tratando de crearse una especie de confusión interesada, encaminada a todas luces a la merma del estado democrático y del estado de derecho, en beneficio de actitudes extemporáneas, al filo de la legalidad –y a veces más allá de la misma– y que abunda en un modo de gobierno tan autocrático como cesarista.

La aparición de Pedro Sánchez y Pérez-Castejón en la nómina de los presidentes del Gobierno democrático de España, ha supuesto; está suponiendo de hecho y analizado desde cualquier punto de vista; una clara causa de regresión en el devenir de la democracia en nuestro país. Nadie podía esperarlo, sin duda, dada su condición de secretario general del PSOE, un partido que, desde el congreso de Suresnes (11 a 13 de octubre de 1974) hasta este tiempo presente del que hablamos y que vivimos, su contribución a la reinstauración de la democracia en España –la del PSOE– tras la muerte del general Franco, desde el período pre constitucionalista, hasta la promulgación de la vigente Constitución de 1978 y en los distintos gobiernos que de las elecciones posteriores fueron surgiendo de la voluntad del pueblo soberano, el PSOE siempre dio inequívocas muestras de claras convicciones y ejercicio interno y externo democráticos, hasta la llegada a la presidencia del gobierno del actual primer ministro.

Hoy día; y no vamos a traer aquí la larga lista de acciones de gobierno que así lo prueban y que todos conocemos; el partido que sustenta al gobierno legal, pero quizás ilegítimamente constituido que tiene España, sólo conserva de su larga historia –y turbulenta por momentos– las siglas que emanan aún de la denominación, pero no de la ideología ni las convicciones ni los principios democráticos del PSOE.

Hoy día; y aunque mantenga la misma denominación; el PSOE nada o muy poco conserva en la praxis de sus definitorias ideas, principios o creencias, nada de sus idearios, credos y doctrinas esenciales. Hoy, el PSOE, para burlar voluntades soberanas y tratar de doblegar a los otros poderes del Estado, no duda en destrozar las leyes en la fragua adulterina y bastarda de sus amorales dirigentes. ¿O no?

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