Mas gasto para Defensa

A la sombra ?de los olmos

Trump ha irrumpido en la actualidad política de una manera arrolladora haciendo saltar por los aires las bases de las relaciones multilaterales que surgieron tras la Segunda guerra mundial. La retirada de EEUU de la OMS es una decisión que supone un desastre para la salud pública mundial si no se rectifica. Las consecuencias son ya tangibles en programas de salud como el impulso a las vacunas, la lucha contra la tuberculosis o el VIH Sida o la malaria.

Pero la postura de Trump de abandonar a Ucrania para dejarla en manos de Putin (y en las suyas con las llamadas tierras raras), rompiendo las alianzas con la UE, supone una amenaza a la seguridad de toda Europa que ha conllevado la decisión de movilizar 800.000 millones de euros para rearmar a la UE y generar una estrategia común de defensa que permita tener la fuerza necesaria en un mundo en el que, geopolíticamente, todo está cambiando.

Incrementar la inversión en defensa incorporando además, recursos que estaban destinados a proyectos a financiar con los fondos Next Generation, es probable que sea imprescindible ahora, ante los riesgos reales de seguridad que se presentan a la ciudadanía europea. Pero es evidente que podemos estar entrando en una nueva etapa en la que se puede resentir la financiación del bienestar que caracteriza a los diferentes Estados en Europa: sanidad, servicios sociales, pensiones, entre otras prestaciones.

Y es que destinar recursos a una nueva prioridad como la defensa, evitará poner esos recursos en otras prioridades como las citadas. Puede que se avecinen recortes en el bienestar; ojalá no suceda pero hay que contar con esa posibilidad.

La ciudadanía podría entender mejor la necesidad de sacrificios en el bienestar si hay debates transparentes en los parlamentos europeos que justifiquen que el riesgo de seguridad es tan real como los líderes europeos están transmitiendo en estas últimas semanas.

La gestión de los servicios públicos tendrá que aspirar a ser lo más eficiente posible, para aprovechar al máximo cada euro que se invierta. Ello implica formular políticas públicas sólidas que incorporen las reformas necesarias y disponer de gestores lo mejor preparados que nos sea posible. Vienen tiempos difíciles, pero deberíamos saber afrontarlos con solvencia.

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