Ni Goyas ni....

14 de enero 2025 - 03:06

En el manual de buen granadino hay un vocablo estrella, con innumerables acepciones y que, cuanto menos, expresa molestia, que empieza por “p”, que cualquiera que sea de Graná conoce bien, y que casualmente rima con Goya…

Y, miren por donde, ahora que Granada va a organizar la gala de los Goya, esa gala woke ideada exclusivamente para lucimiento de los subvencionados del régimen, ya se está notando el malestar entre muchos granadinos, para quienes tal gala es ya la gala de los “P…” De los “P…”, porque ¿qué “p…” hace el Ayuntamiento de Granada, con una deuda estratosférica y una ciudad decadente y abandonada, gastándose 3,4 millones de euros –catering aparte– por albergar en nuestra ciudad la dichosa gala, que encima cuesta un millón más a la Diputación/Junta?

El coste total de la susodicha gala woke asciende a la friolera de 4.424.581 euros, sólo para que los de la ceja se luzcan a costa de nuestros impuestos y que unos pocos –los mismos que se enriquecen con las terrazas que no nos dejan ni caminar por la ciudad– ganen dinero, mientras nada revierte en Granada y los granadinos, antes al contrario, nos inflarán a multas para pagar el coste de esta puesta en escena de la izquierda radical que malamente imita a los Oscar, y que bien poco interesa a la ciudadanía.

Para más inri, en otro acto de ninguneo a Granada, en la propaganda institucional de dicha gala presente en la Avenida de la Constitución sólo se menciona a “Andalucía en los Goya”, y es que Granada ni existe, ni “p…”

Y Granada no sólo no existe para esta cargante ceremonia, no existe para nada a causa de la postergación y el abandono que sufrimos desde hace 44 años, y de la recentralización feroz y obsesiva en pro de Sevilla/Málaga. Los últimos agravios de una lacerante lista interminable: la retirada por Moreno Bonilla del apoyo explícito a Granada como Capital Cultural Europea 2031 –podemos ir olvidándonos de dicha capitalidad, además perjudicada por la lacra histórica de la deficiencia de nuestras infraestructuras–, o el cierre de la Unidad de Trastornos Alimentarios.

Pero Granada, además de no contar para nada –excepto para quitarle instituciones–, tampoco está a la altura de los propios granadinos, que padecemos una ciudad abandonada, sucia, llena de basura, grafitis, edificios/espacios públicos deteriorados, cementazos, agujeros, baldosas sueltas, mobiliario urbano destrozado…, todo ello en medio de una presión fiscal y sancionadora inaceptable.

Está gala lo único que nos va a traer va a ser más deuda y una ciudad bloqueada para que el wokismo sideral se luzca a nuestra costa. Ni Goyas ni “p…”

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