Notas al margen
David Fernández
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En este verano de prudente calor, al que los frikis del cambio climático denominan ‘olas de calor’, además de querer convencernos de que es el verano más caluroso de todos los tiempos, nos hemos despertado con una Granada azul.
Y que Granada esté azul nada tiene que ver con el adoctrinamiento del clima, que, por cierto, llega a tal punto que, como están viendo que nos hemos dado cuenta de que este verano no está haciendo el calor extremo de otros años, quieren catequizarnos con que, si no comulgamos con esa supuesta emergencia climática veraniega, es que padecemos ‘amnesia climática’, como lo oyen, así lo dijeron el otro día en el espacio adoctrinador/woke diario de las noticias de turno.
Tampoco el que Granada esté azul se debe a una invasión de Mossos de Esquadra buscando en nuestra tierra al doblemente fugado Puigdemont, esta vez con gorro de paja y silla de ruedas incluida, todo un show de escapismo permitido por el Gobierno para contentar al prófugo tras su pataleta por no ser President, vaya a que retirase sus famosos siete votos, y para que no fastidiase la investidura de Illa, ahora la panacea, pero que en la pandemia siempre se escudaba en el famoso comité de expertos que nunca existió.
En fin, que Granada esté azul es por algo más prosaico y menos enrevesado, y es que la práctica totalidad de los aparcamientos de la ciudad han aparecido de la noche a la mañana pintados como zona azul.
Comprendo que el nuevo equipo de gobierno municipal –que ya lleva más de un año– se encontró con una deuda estratosférica cuando entró en el Ayuntamiento, pero, que todo el dinero que necesitan lo quieran conseguir a costa de clavarnos a diario a los granadinos, denota un excesivo afán recaudatorio a costa de los vecinos. Y es que en Granada tenemos la sensación de que han puesto un policía local detrás de cada esquina para ver cómo pueden multarnos, pero lo cierto es que también tenemos derecho a aparcar en algunos sitios sin tener que pagar un ojo de la cara simplemente por aparcar en la calle, porque los aparcamientos públicos están por las nubes, algunos llegan ya a 3€/hora.
En fin, en este verano en lo único azul en lo que debemos de pensar es en las playas de nuestra provincia y en sus flamantes banderas azules, que este año alcanzan ya un máximo histórico de 14, que esperemos que sigan subiendo en años venideros.
Disfruten pues de nuestro mar azul, o del azul de nuestro cielo y no piensen en la invasión de zonas azules hasta septiembre…
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