
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Ritual
Casi el 85% de las personas jóvenes menores de 35 años no han abandonado el hogar familiar en nuestro país, según comunica el Consejo de la Juventud de España tras la publicación hace pocos días de los últimos datos del Observatorio de la Emancipación.
Este es un asunto que tiene diferentes implicaciones y ángulos de análisis; por una parte parece que uno de los elementos condicionantes de mayor influencia tiene que ver con las dificultades para acceder a una vivienda propia tanto en modo alquiler, como en modo propiedad.
El precio de los alquileres ha experimentado enormes subidas en los últimos años y, en la actualidad, es una realidad constatada que se ha convertido en una barrera objetiva para las personas jóvenes. La presión de los pisos turísticos sobre los precios de los alquileres y otros factores hacen inaccesible para muchas personas jóvenes poder vivir solos. Por supuesto, también la necesidad de viviendas públicas en número suficiente para disponer de una oferta a precios asequibles.
Es por eso, que se hace necesaria una política de vivienda efectiva para poder superar esta gran dificultad y resulta imprescindible hacer realidad una verdadera política de Estado en este asunto, porque el problema es serio y afecta tanto al alquiler como a la compra de vivienda.
Por otra parte, cabe analizar en qué medida las personas jóvenes viven en casa con sus padres influidas también por las comodidades que perciban al no tener que preocuparse por las actividades propias de la vida cotidiana: las compras, la limpieza, la preparación de las comidas, etc. Este es un asunto que también surge en las preocupaciones de padres y madres en relación a hijos adolescentes y jóvenes.
En este sentido, hay también un desafío en relación al reparto de tareas y obligaciones en el hogar familiar, que debiera implicar a las personas jóvenes y que en muchas ocasiones crea tensión en la relación entre estas y sus progenitores.
Es un tema complejo, sin duda, que se ha convertido en un tema de actualidad que afecta a buena parte de las familias españolas abriendo la oportunidad a redefinir políticas públicas en materia de vivienda pero, también, los roles familiares y la relaciones entres padres y madres con sus hijos e hijas.
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