El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Superioridad femenina
Hace unos días volví a mi pueblo después de varios meses de ausencia. Aunque me gustaría visitarlo con más frecuencia, mis obligaciones laborales y compromisos familiares frecuentemente me lo impiden. Es un enorme placer pararse constantemente para saludar a amigos y a la gente que me conoce y me aprecia. Algunas veces tienes la sensación de que el tiempo se hubiera detenido un instante en un pasaje de tu vida pasada, que coincide con la tierna infancia o la adolescencia. Esta es una sensación muy efímera, porque luego, al instante, te das cuenta de que el tiempo ha transcurrido de forma inexorable y ello se refleja en la huella que ha dejado en nuestros rostros y en la ausencia de muchas personas, que ya no están con nosotros. Es curiosa esa sensación de “pequeñez” de objetos, edificios y estructuras que ahora uno percibe, cuando pasea por sus calles y plazas y que es, sin duda, una reminiscencia de una infancia, donde la percepción de todo era “gigantesca”. El mío no es afortunadamente un pueblo de la España vaciada, como otros del norte de España, pero caminando por sus calles me doy cuenta de que poco a poco languidece. Casas cerradas con un rótulo de “se vende” en la fachada y otras simplemente abandonadas. La algarabía de un tiempo pasado, con los niños jugando en las calles y esos hogares con trasiego constante de familiares, vecinos, amigos; casas con una incesante actividad doméstica y llenas de vida, ya solo es un recuerdo del pasado. El descenso de habitantes del padrón municipal refrenda esta impresión subjetiva. Y a pesar de ello Sabiote trata de sobrevivir a la despoblación de las zonas rurales, que tenían hasta ahora como principal actividad económica la agricultura. Se aferra a su patrimonio monumental e histórico para atraer el poco turismo que dejan escapar las vecinas ciudades patrimonio de la Humanidad. Sus comercios y sus locales de ocio aún palpitan, pero poco a poco los jóvenes habitantes abandonan el pueblo, muchos para continuar sus estudios universitarios y otros para buscar mejores oportunidades de trabajo, distintas al duro oficio en del campo. Es por ello por lo que el Ayuntamiento y otras administraciones deben buscar soluciones urgentes como atraer a población inmigrante, crear planes de empleo para jóvenes, diversificar la actividad económica y mejorar las comunicaciones y los servicios. Aspectos clave para evitar esta lenta agonía del medio rural.
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