Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
Esta boca es tuya
Cada adiós es una pequeña muerte (la petite mort), como llaman los gabachos al orgasmo. Uno, que viajó mucho de joven a ninguna parte, se acostumbró a despedirse a la francesa, a mirar adelante desde el vagón trasero de la vida para sortear la tristeza de la marcha. Así lo hice, fiel a mí mismo, dos semanas atrás, con Granada Hoy, cuando acepté encabezar la lista al Ayuntamiento de la confluencia Unidas Podemos. Me dejé llevar por el hábito y el convencimiento de que no es elegante mantener una tribuna en un periódico de la que no disponen otros candidatos. La decisión ha servido para conocer mi epitafio laboral aun boqueando. Junto a algunos elogios inmerecidos he recibido insultos que me honran. Un adversario ideológico me llamó bolchevique. Un desconocido me calificó de pijo en las redes. El sumo pontífice del granadinismo cejijunto se negó a concederme asilo y patria chica al considerarme un extranjero tras 35 años de residente en la ciudad. Y ahora viene Magda, la directora del papel en que tan libre he sido, a reprenderme cariñosamente, a pedirme que me despida como Dios manda, a recordarme que la puerta sigue abierta y aconsejarme que deje migas en el suelo por si alguna vez decido recorrer el camino de retorno. ¡Obedezco!
Agito la mano que teclea el ordenador y empuña el bolígrafo para gestualizar el hasta luego a los lectores y el hola a los electores. Para declarar que el equipo en el que me integro tratará de recuperar el orgullo de esta ciudad sin par, de este faro del mundo agraciado con un tesoro geográfico, histórico, artístico y arquitectónico único. Para propagar la idea de que el futuro es nuestro. Para advertir del riesgo que supone votar a quienes han achicharrado la ciudad y se ofrecen ahora para ejercer de bomberos. A estos que embisten con la cabeza gacha y nos llaman radicales les decimos que seremos radicales en la defensa de Granada y de sus gentes. Y en la austeridad y el control del gasto. Y en el saneamiento del Ayuntamiento. Y en el esfuerzo por modernizar la ciudad, y hacerla más saludable y habitable, al tiempo que mantener lo mejor de sus tradiciones. Y a la hora de tender la mano abierta y apoyar cualquier propuesta que mejore nuestra suerte, venga de donde venga. Seremos radicales del sí. Tan radicales como otros han sido para destrozar y arruinar el solar del que se han servido y vivido.
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