El lugar que nos corresponde

Este fin de semana ya ha pasado a la Historia por la foto de Trump y Zelensky hablando en San Pedro cerca del cuerpo del Papa Francisco. Pero después, el americano, vestido de azul, ocuparía un lugar que no le correspondía en el protocolo del funeral, según la tradicional preferencia de las casas reales en estos acontecimientos vaticanos. En Sevilla, también tenía problemas protocolarios, aunque con razón, Moreno Bonilla, por su relegado lugar en el palco en la final de la Copa del Rey. Y quien –desacertadamente– no estuvo en ningún lugar fue Sánchez…

Pero en Granada, en donde estamos ya en otras cosas, preparando uno de los días grandes de nuestra ciudad y provincia, el Día de la Cruz, deberíamos replantearnos si esta fiesta tan señalada para los granadinos ocupa verdaderamente el lugar que le corresponde…

Y es que el 3 de mayo, que conmemora la fecha establecida por la Iglesia católica como la del hallazgo de la cruz en la que Jesucristo fue crucificado, con el tiempo ha devenido en Granada en que en muchos municipios se expongan cruces como monumentos efímeros para festejarla. En nuestra ciudad empezó a celebrarse, tal y como la conocemos hoy, en el año 1625, en el barrio de San Lázaro, donde se decoró una cruz de alabastro y los vecinos disfrutaron del día cantando y bailando, iniciativa repetida en los años siguientes en el Albaicín y el Realejo. Pero no sería hasta 1924 cuando el Ayuntamiento de Granada decidiera declarar de forma oficial el Día de la Cruz, como fiesta, creando un concurso para decorar las cruces de manera creativa y fomentar así esta celebración.

Pero, esta ancestral celebración granadina necesita pasar del botellón y las sevillanas a ocupar un lugar más destacado entre nuestras festividades, reinventarse potenciando sus vertientes religiosa, cultural, patrimonial y reivindicativa de nuestra identidad granadina, impulsando nuestras costumbres, referentes etnográficos, gastronomía, anécdotas…, convirtiéndolas en referentes de Granada y en foco de atracción para granadinos y viajeros. Y para reinventar nuestro Día de la Cruz, deberíamos tomar nota, por ejemplo, de la fiesta de los patios cordobeses, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, o de la catalana fiesta de Sant Jordi.

Granada tiene una gran historia que ocupa un lugar preferente en la Historia de España, pero actualmente ni Granada ni sus territorios históricos ocupan el lugar que les corresponde. Esa gran historia no puede ser sólo pasado, y los granadinos debemos potenciarla y construirla hacia el futuro. Mientras no construyamos para que Granada ocupe el lugar que le corresponde, nuestras fiestas tampoco lo ocuparán. Trabajemos pues para ocupar de una vez el lugar que nos corresponde…

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